Madrid. El ataque a un joven por seis encapuchados, quienes tras insultarlo y lanzar gritos sobre el “anticristo”, le grabaron con una navaja en el glúteo la palabra “maricón” el domingo pasado, eleva la alarma en España ante el incremento de los delitos de “odio”.
España, y sobre todo Madrid, se ubican entre las zonas más abiertas con la diversidad sexual. Cada año el Día del Orgullo se convierte en una fiesta masiva. Sin embargo, a raíz de la pandemia, el confinamiento y el regreso paulatino a la actividad habitual, se han registrado delitos de “odio” que empiezan a preocupar a las autoridades.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, convocó para el viernes a una reunión extraordinaria de la Comisión de Seguimiento en la Lucha contra los Delitos de Odio para analizar la situación y evaluar si es necesario fortalecer los mecanismos de vigilancia y control.
La agresión del domingo fue cometida en Malasaña, que colinda con Chueca, el “barrio gay” de Madrid. La víctima volvía a su casa alrededor de las cinco de la tarde, fue interceptado por seis encapuchados que le gritaron “maricón”, “comemierda” y “asqueroso”, después le quitaron el pantalón y con una navaja escribieron en el glúteo derecho la palabra “maricón”.
Es un ataque similar al que ocurrió en julio pasado en la ciudad gallega de La Coruña, cuando un joven sufrió una brutal paliza que le costó la vida y en la que recibió también insultos homófobos. Los responsables, entre ellos varios menores, están detenidos.
La delegada del gobierno en Madrid, Mercedes González, atribuyó la agresión a que “se han ido sembrando semillas de odio y ahora se están recogiendo los frutos”, en alusión al discurso del partido de extrema derecha Vox.
“Los discursos de odio en esta comunidad nos han llevado a escuchar afirmaciones que jamás pensamos tener en una ciudad que tiene los brazos abiertos a todas las personas, vengan de donde vengan y sientan de la manera que sientan”, aseguró la política socialista.