Sin un cambio en la estructura de ingresos para hacerla más progresiva, además de la menor inversión en obra y servicios públicos, el gasto para programas sociales está a punto de quedar rebasado, explicaron especialistas.
El gasto social tocó su máximo en 2020. Alcanzó 64 de cada 100 pesos que erogó el sector público durante el año pasado. Aumentó 3.2 por ciento en términos reales, en menoscabo de las áreas de protección ambiental, recreación, cultura y otras manifestaciones sociales.
Este crecimiento, que en muchos programas está consignado a nivel constitucional, se enfrenta a la capacidad del Estado para financiarlos. “Por más que estire la cuerda o sean muy eficientes (las autoridades para fiscalizar), eso va a terminar imponiendo un límite a la recaudación”, explicó en entrevista Moritz Cruz, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Hoy por la tarde se entrega el cuarto paquete económico diseñado por la actual administración. Marca la segunda mitad del sexenio, con un nuevo secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, quien se ha pronunciado por mantener la misma estructura, pero cambiar la narrativa de lo que se hace con las finanzas públicas.
El paquete económico 2022 se empalma con la mitad del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador que, de acuerdo con Janeth Quiroz, subdirectora de Análisis Económico de Grupo Financiero Monex, ha sostenido apoyos a la población más vulnerable, lo que ha permitido a ésta resistir el impacto de la crisis económica que vimos el año pasado, pero la política fiscal austera es una contención para el crecimiento.
Explicó que si bien la austeridad ha permitido limitar la deuda, también ha sido un freno importante para la economía, “incluso antes de la crisis provocada por la pandemia”. Lo que debería hacerse en este contexto de recuperación es una política fiscal expansiva, mayor gasto público “que ayude a inyectar este dinamismo que tanto hace falta en el país”.
No obstante, ese gasto está contenido por una reforma hacia una estructura fiscal más progresiva que no será, quedó enterrada por diversos funcionarios, empezando por el Presidente.
Cruz explicó que “la gran debilidad es esta estructura impositiva que no es progresiva”, que no recauda más al capital. Si bien se ha logrado corregir, ser más eficiente, “esto no va a dar más si no se genera una reforma fiscal como la que prevalece en países ricos”. Estimados de Citibanamex apuntan a que el paquete económico contendrá ingresos por 22.4 por ciento del PIB, mientras el gasto alcanzará 24.9 por ciento.
El problema de no recaudar más es que te constriñe el gasto y he “ahí donde está el mayor meollo del asunto”, porque los ingresos deberían alcanzar 30 por ciento del PIB para proveer buenos servicios públicos, explicó Cruz.
Así que una reforma tributaria “es algo que tiene que hacer este gobierno o el que venga” porque “si no llega ingreso, no se puedo gastar más. La otra alternativa es endeudarse, pero en México ya vimos que la deuda no es una buena estrategia de crecimiento”, concluyó el investidador.