Ciudad de México. Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (BdeM), consideró que la política monetaria que está llevando a cabo el banco central es la adecuada para un entorno de una recuperación económica frágil, prolongada y difícil y con un problema de inflación que está afectando a miles de familias mexicanas porque están perdiendo su poder adquisitivo.
Durante su participación en el segundo día del “Foro de Estadística y Geografía para Estados y Municipios (Fegem)”, organizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la autoridad monetaria reconoció que ante el entorno actual de grandes distorsiones en la economía nacional provocado por la pandemia de Covid- 19, hay dificultades para monitorearlas, pero con los indicadores que hay se debe de tomar las mejores decisiones económicas y monetarias.
El subgobernador del Banco de México explicó que la política monetaria del país mantiene una postura expansiva (la cantidad de dinero en circulación sigue alta y las familias aún tienen acceso a dinero barato), a pesar de los dos aumentos de 0.25 puntos porcentuales de las últimas dos decisiones de política monetaria (4.5 por ciento la tasa de referencia).
“Estamos tratando de tener una postura expansiva, porque la economía se encuentra en franca recuperación, la cual es frágil, prolongada y difícil, pero al mismo tiempo tenemos un problema de inflación que está afectando a miles de familias porque están perdiendo su poder adquisitivo; por lo tanto queremos que sea ligeramente menos expansiva de lo que teníamos anteriormente, pero consistente con tratar de ayudar a que le economía se siga recuperando.
“No se puede tener una política tan expansiva como se tenía en 2013, 2014 o 2015 porque en aquel entonces la inflación estaba cercana a cero por ciento y actualmente está en 5.81 por ciento”, precisó Heath.
En la conferencia magistral: "La interpretación de los indicadores en el entorno económico de México", el subgobernador sostuvo que si la inflación estuviera en 3.0 por ciento, justo donde el banco central la quiere, y que el crecimiento económico fuera exactamente igual a su potencial, la tasa de política monetaria, restando inflación sería 2.6 por ciento, pero en ese rango neutral es difícil que se mantenga sin movimientos al alza.