A sus 40 años, Elijah Wood todavía luce como el joven que interpretó a Frodo en la trilogía de Peter Jackson, El señor de los anillos. Sin embargo, al hablar de su preocupación por los adolescentes es posible notar la madurez del actor. “Ves a los jóvenes batallando muy jodidamente por tener un sentido de identidad, y les quieres decir: ‘¡No te preocupes, sé un raro! No pasa nada. En cinco años a nadie le va a importar una mierda. Puedes ser quien quieras’”, afirmó.
La adolescencia de Wood parece haber sido complicada. Comenzó en 1989, con una pequeña aparición en Volver al futuro II, antes de cumplir 10 años. Se mudó a Los Ángeles cuando tenía ocho, aunque entonces no estaba seguro de querer ser actor. Contó al LA Times que preferiría ser agente secreto o trabajar con tiburones. Durante la década de los 90 protagonizó películas como Flipper, aunque a diferencia de otros niños actores, como Macaulay Culkin, se mantuvo lejos de los problemas.
Él se lo atribuye a sus padres. “A eso se resume, desde mi perspectiva. Realmente es todo”. Hace poco trabajó con el joven actor Jacob Tremblay en The Toxic Avenger. “La mamá de Jacob me preguntó: ‘has pasado por esto, ¿tienes un consejo?’ Pensé que el hecho de que preguntara ya era increíble. ‘¡Lo tienes! ¿Estás preocupada por el bienestar de tu hijo y cómo resulta? Vas bien. No te preocupes’”.
Ayuda tener “un sentido de identidad que existe antes de tu relación con el trabajo que haces”, señaló Wood a The Independent.
“En lo que respecta a tener una vida hogareña estable es esencial. Si careces de eso, entonces de pronto te defines por lo que otros y la industria dicen que eres. Luego hay un sentido inflado de uno mismo que no es real. Sólo lleva a todas estas otras cosas. Pero si tienes tus bases en la realidad, y un sentido de quién eres, además de amor. Estás como protegido contra casi todo”.
Acerca de si la industria ha mejorado en cuanto a la protección de niños actores, considera que sí. “Eso espero también. Creo que está mucho más alerta en torno a los niños y su bienestar. Estoy seguro de que debe haber muchos ejemplos de lo contrario, pero afortunadamente no me he encontrado con eso. Ciertamente no como adulto. Me prendería fuego si lo veo”, expresó.
Haber sido un niño actor ha hecho que Wood se sienta identificado con los más jóvenes. “Habiendo empezado cuando tenía ocho y seguir trabajando... No sé si me considero protector… supongo que depende del contexto. Si estuviera en una situación donde alguien no se sintiera bien, o tal vez fuera más infantil, tal vez sentiría una pulsión de protección, de un ser humano a otro”.
La relación que el actor tiene ahora con las películas que le dieron fama mundial es buena. “Amo esas cintas. Mi relación con ellas es de reverencia, gratitud, amor y las asocio con mucho crecimiento y experiencias fantásticas. Es gracioso como uno puede asumir que no quiero hablar de ellas, o que es fastidioso que pregunten continuamente sobre eso, pero en realidad no. Creo que esos filmes son increíbles”.
Wood promueve su nueva película, No Man of God, drama sobre el asesino serial Ted Bundy. En la historia, dirigida por Amber Sealey, interpreta al analista de la FBI Bill Hagmaier, quien entrevistó al criminal a lo largo de varios años en un intento por entender su mente.
“No se trata de las hazañas de Ted o su carisma, o el mito alrededor de él”, señaló Wood. En lugar de eso la cinta expone a un Bundy “algo débil y vulnerable, mostrando todos sus defectos”.
Para la directora también era importante que la perspectiva femenina no pasara desapercibida, en parte por un sentido de responsabilidad con las víctimas. “El guion no fue hecho solamente para incluir sus voces. Amber creó estos increíbles resúmenes como una forma interesante de incluir esa visión y, de verdad, dar voz a las víctimas y mujeres en general”, aseguró el actor.
“No íbamos a mostrar nada de violencia, y tampoco alguna desnudez, o cualquier otro punto típico sobre la explotación. Hay una diferencia entre emoción y confrontación, pero esa también es una delgada línea. Queríamos estar seguros de no pasarnos de la raya”, aclaró Wood.
La escena en la que una estación de radio religiosa entrevista a Bundy es la favorita del actor. La cámara se aleja de él, el sonido de su voz desaparece, y enfoca a una joven mujer que queda horrorizada por lo que escucha. “Eso fue muy importante para nosotros. Es una película muy masculina. Son dos hombres en un cuarto. Cambiar esa perspectiva fue emocionante”, sostuvo Elijah.
Ese gusto por cambiar de postura lo llevó a fundar su compañía productora SpectreVision, en 2010. “Buscamos voces y equipos diversos, además contratamos a muchas mujeres. Jamás me he interesado en hacer algo negativo en el mundo. Simplemente, plasmar algo positivo”.