La política de asilo es un fracaso en México y Estados Unidos; las personas en movilidad se mantienen en condiciones de vulnerabilidad extrema y en una situación insostenible, afirmó la agrupación civil Médicos Sin Fronteras (MSF).
Resulta inaceptable la política mexicana que criminaliza la migración, además de que no hay una respuesta humanitaria adecuada. Por el contrario, los migrantes son víctimas de violencia reiterada y persecución que ponen en peligro sus vidas, expuso MSF.
Es una crisis extrema y se suma a las continuas deportaciones desde Estados Unidos.
En tanto, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) planteó la urgencia de que el Estado mexicano garantice la protección de los niños que forman parte de la caravana migrante que partió de Tapachula el pasado sábado y que se han visto separados de sus familias en el periplo.
Redim señaló que las decisiones y acciones que tome el nuevo secretario de Gobernación, Adán Augusto López, como encargado de articular el quehacer de instancias como el Instituto Nacional de Migración y el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), serán fundamentales.
Sus primeros pasos y decisiones al atender estas situaciones críticas enviarán señales clave para constatar si el apego a los derechos humanos formará parte de esta nueva etapa de gobierno, señaló la Redim.
Falta mecanismo internacional
También se necesita la creación de un mecanismo transnacional de protección integral para niños y adolescentes sin documentos migratorios que opere entre las instituciones de Estados Unidos, México y los países del Triángulo Norte de Centroamérica. Se debe tomar en cuenta a los familiares y quienes se encuentren solos, brindarles la atención mediante autoridades sensibles y capacitadas en la protección, garantía y restitución de derechos.
Por su parte, MSF advirtió que son alrededor de 40 mil personas las que están atrapadas por el fracaso del sistema de asilo. También hay unos dos mil migrantes en el desamparo en Reynosa, Tamaulipas.
Afirmó que las personas se encuentran en condiciones de hacinamiento y sin acceso a servicios médicos y sociales en las fronteras norte y sur del país.
Un primer equipo de evaluación de MSF, que acompañó a la caravana que el sábado pasado salió de Tapachula, ha realizado curaciones de heridas en los pies a varias personas y ha tratado a pacientes por deshidratación, dolores de cabeza, musculares y atendió un caso de hipoglucemia.
Christoph Jankhöfer, coordinador del proyecto de migrantes de MSF en México, afirmó: “Nos preocupan los cuadros de ansiedad, depresión y desesperanza que presenta la población ante la falta de respuesta de las autoridades”.