Las personas que se suicidan no desean morir, sino dejar de sufrir. El dolor, tristeza y desesperanza más profundos las llevan a quitarse la vida y cada 40 segundos se registra una muerte de este tipo en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
En México, el problema aumentó más de 9 por ciento en 2020, cuando hubo 7 mil 896 suicidios; de hecho, es la segunda causa de muerte en personas de 15 a 29 años de edad. El mayor número de defunciones de este tipo ocurrió en el estado de México, Jalisco y Chihuahua, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Miguel Malo, asesor de la Organización Panamericana de la Salud, resaltó que la ocurrencia de las muertes autoinfligidas es el reflejo de la carencia de servicios de salud mental y, sobre todo, de una estrategia de atención integral, pues si se actúa a tiempo es posible evitarlas.
El especialista participó ayer en el foro organizado por la Secretaría de Salud (Ssa) con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio (10 de septiembre), donde se presentó el primer programa nacional con el que se pretende atender la problemática.
Para la OMS, es un tema que se ha descuidado al estar rodeado de estigmas y mitos. Después de varios intentos previos, en el mundo ocurren cada año más de 700 mil suicidios y el año pasado aumentaron por la pandemia de Covid-19.
El organismo advierte que más individuos experimentan pérdida, sufrimiento y estrés, lo cual aumenta el riesgo suicida. También señala la importancia de la prevención al crear vínculos sociales y ofrecer esperanza a las personas, acercarse a ellas y escucharlas, lo que podría salvarles la vida.
En México, el tema de la salud mental se ha considerado prioritario desde hace más de dos décadas, pero esto no se ha concretado en acciones puntuales, especialmente en inversión, la cual se ha mantenido en menos de 2 por ciento de los recursos destinados a la salud.
Durante el foro de la Ssa, Diana Tejadilla, directora de Desarrollo de Modelos de Atención en Salud Mental, explicó que evitar el suicidio requiere de acciones específicas. Con ese fin se diseñó una estrategia en la que participan 18 secretarías de Estado y se contó con información de los servicios que brindan las entidades de la República en esta materia.
Resaltó que en la aplicación de este programa, hay un trabajo coordinado entre los distintos organismos del sistema nacional de salud, porque antes “la rectoría (de la Ssa) estaba difuminada”.
Gady Zabicky, titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), informó que la prevención del suicidio es el proyecto más importante dentro de la salud mental, al cual no se le había dado la atención que requiere. En breve, dijo, se presentarán nuevas normas oficiales con lineamientos para abordar esta problemática.
Jorge González Olvera, director general de la Conadic, resaltó que la mayoría de las muertes autoinfligidas son de hombres que experimentaron un consumo nocivo de alcohol y otras sustancias, además de sufrir violencia familiar.
Miguel Malo resaltó que la nueva estrategia considera la colaboración entre el gobierno y la academia, como la que habrá con la Facultad de Sicología de la UNAM, cuyos centros comunitarios forman parte de la atención primaria que se ofrecerá a la población.
También elogió la relación horizontal de inclusión en la red de servicios públicos del país como una respuesta integral, donde la participación de las comunidades es relevante y con la que México será pionero en la región de las Américas.