Ciudad de México. Ayer murió en la Ciudad de México Enrique González Pedrero, escritor, historiador, editor, político, diplomático, accionista fundador y colaborador de este diario.
Nació en Villahermosa, Tabasco, el 7 de abril de 1930. Se tituló como licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con estudios de Sociología, Economía y Ciencia Política en la Universidad de París; doctor honoris causa por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y por la máxima casa de estudios, autor de más de 20 libros, entre ellos Riqueza de la pobreza, en el que hace una revisión crítica de la idea del progreso y si la incorporación de nuestro país a los paradigmas mundiales de crecimiento y desarrollo no representarían un error de consecuencias históricas.
Uno de los primeros en lamentar el deceso de quien fuera un gran respaldo del movimiento que dio origen a La Jornada en 1984 fue el presidente Andrés Manuel López Obrador: “Me entristece el fallecimiento de don Enrique González Pedrero, ex gobernador de Tabasco; un hombre inteligente, conocedor como pocos de la historia de las ideas políticas, gran maestro y amigo”, escribió el mandatario en Twitter.
El mandatario se refería a él como quien en 1983 lo propuso para ser oficial mayor en su entidad natal, pero dice que declinó al cargo ya en medio de hondas diferencias con el priísmo.
El escritor y politólogo, quien decía que “quien no sabe de dónde viene no sabe a dónde va”, se integró como académico de la UNAM en 1955. De 1965 a 1970 dirigió la Escuela Nacional de Ciencias Políticas, la cual se elevó al rango de facultad durante su gestión. Entre 1970 y 1976 fue senador. Fundó y dirigió el Instituto de Capacitación Política. Ese último año lo nombraron director general de Corporación Mexicana de Radio y Televisión, Canal 13.
De 1977 a 1982 encabezó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos y presidió la subcomisión editorial de la Comisión Nacional para la Defensa del Español.
Fue elegido gobernador de Tabasco de 1983 a 1987, cargo que dejó al ser nombrado titular del Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales. Asimismo, en 1989 dirigió el Fondo de Cultura Económica y designado embajador de México en España de ese año a 1991, por lo que el gobierno de esa nación le confirió la condecoración de la Orden al Mérito Civil en grado de Gran Cruz.
En 2003, cuando recibió el doctorado honoris causa, resaltó que “nací en medio de la política y viví sus efectos, lo que el destino me había marcado como fatalidad se volvió vocación (…) el espíritu de la política me descubrió el ancho mundo de la cultura… Tabasco es, para mí, casa y plaza. Soy un ciudadano que se complace en hallar su morada en la ciudad. Estoy al margen de la política militante, ni quito ni pongo rey”.
Por entonces, mencionó que eso no quería decir que no le preocupara el destino de este país. “¡Claro que me duele México! Me preocupa la cortedad de visión de la política. Confío en que las nuevas generaciones pongan manos a la obra, la verdadera política no es la que divide, la verdadera política es la que junta”.
Estuvo casado con la narradora, ensayista, académica y traductora Julieta Campos, ganadora del premio Xavier Villaurrutia 1974, cuya memoria honraba puntualmente tras su muerte en septiembre de 2007 a consecuencia de cáncer.
Los restos de González Pedrero serán velados en una funeraria de Félix Cuevas en la Ciudad de México.