Es prácticamente cotidiana la queja de no pocos gobernadores: “no tenemos recursos, no nos alcanzan, no la libramos, no podemos pagar la nómina burocrática ni la magisterial”, etcétera, etcétera, y responsabilizan al gobierno federal por no “entregar a tiempo” las partidas presupuestales que por ley corresponden a las entidades de la República. El lamento es recurrente, al igual que “el malo de la película”.
Sin embargo, en lo que respecta al gobier-no federal el presidente López Obrador ha sido puntual: “a los estados de la República se les han entregado puntualmente las participaciones en todos los casos; es más, se les dieron hasta por adelantado, al grado de que ahora que hay problemas en algunas entidades donde hay cambios, los (gobernadores) que van a entrar están planteando que ‘ya no les entreguen todo (a los que se van), porque no nos va a quedar na-da’, pues hay casos en los que se dio por adelan-tado para ayudar las participaciones y los que van a entrar van a recibir muy poco. ¿Qué pasó? Pues que vienen arrastrando problemas financieros, se endeudaron muchos estados. ¿Por qué no administras bien? ¿Por qué no aplicas un plan de austeridad? ¿Por qué sigue el derroche? ¿Por qué solapaste al que endeudó al estado y no dijiste nada?, porque te ayudaron en campaña, porque estableciste relación de complicidad”.
Los gobernadores, pues, intentan aventar la papa caliente, cuando son ellos los que viven a cuerpo de rey (como si el dinero fuera de ellos), derrochan recursos públicos y para tapar los consecuentes “hoyos” financieros endeudan a sus respectivos estados en proporción creciente, lo que sólo aumenta el problema, como documenta el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados.
Ese organismo del Legislativo ha documentado que las entidades que presentan un mayor incremento en los últimos 12 meses (segundo trimestre de 2020 a igual periodo de 2021) son: Guanajuato, con alza de 58.5 por ciento en términos reales (en este caso la deuda subió de 6 mil 336.2 a 10 mil 411.9 millones de pesos); Yucatán, 49 por ciento (de 4 mil 975 a 7 mil 684.6 millones); Jalisco, 18 por ciento (de 27 mil 487.9 a 36 mil 72.6 millones); Durango, 13.8 por ciento (de 8 mil 228.7 a 9 mil 707.3 millones); y Aguascalientes, 11.4 por ciento (de 3 mil 033.5 a 3 mil 503.6 millones).
Según el CEFP, las participaciones federales a estados y municipios constituyen uno de los componentes más relevantes de sus ingresos, al representar 48.6 por ciento del gasto federalizado presupuestado para el ejercicio fiscal 2021. Éste último es el componente más relevante de los ingresos locales, al representar 85.5 por ciento de éstos. “El gasto federalizado son los recursos federales que se transfieren a las entidades, municipios y alcaldías de la Ciudad de México. La determinación de los montos de estos ramos, así como su asignación a los distintos fondos que los constituyen y su distribución entre los gobiernos locales, está expresamente establecida en la Ley de Coordinación Fiscal”, detalla el organismo.
En términos desagregados por entidad, aquellas con los niveles más altos de dicho indicador en el periodo de referencia son: Nuevo León, con una deuda que representa 196.6 por ciento de sus participaciones; Quintana Roo, con 175.3 por ciento; Coahuila, 173.9 por ciento y Chihuahua, 173.5 por ciento. Estas entidades sobresalen por presentar niveles más de dos veces y medio superiores al promedio subnacional de 64.4 por ciento. En el otro extremo se ubican Tlaxcala, Querétaro, Guerrero y Puebla, con cifras inferiores a 20 por ciento.
Al cierre del segundo trimestre de 2021, el saldo de la llamada deuda subnacional ascendió a 622 mil 200 millones de pesos; de ese monto, cerca de 87 por ciento corresponde a los gobiernos estatales y el resto se distribuye entre ayuntamientos y entes públicos estatales y municipales.
Las rebanadas del pastel
Andrés Manuel dice que si los fascistas de Vox quieren venir a México, pues que vengan. Pero no hay necesidad de importar ese tipo de esperpentos (que se declaran franquistas, monárquicos y anticomunistas), porque desde hace un buen rato están aquí, son autóctonos y se disfrazan de blanco y azul, aunque “son de clóset”.