Estamos, “como nunca se había hecho o ya llevaba tiempo de no invertirse presupuesto público en grandes obras”, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador. En Palacio, comprometió que la infraestructura promovida y financiada por el gobierno quedará como parte del patrimonio nacional. Del Tren Maya, insistió, una vez concluido será administrado por las fuerzas armadas.
También ocupó un espacio considerable en su exposición matutina para describir la relevancia del Tren Maya, y por ello emprenderá, cada dos meses, sobrevuelos para supervisar los mil 554 kilómetros de la obra que habrán de ser inaugurados a finales de 2023. En uno de los trayectos se hizo acompañar del ingeniero Carlos Slim, cuya constructora fue contratada para levantar un tramo.
El tabasqueño ratificó que las grandes obras emprendidas por su administración, además del Tren Maya, los aeropuertos Felipe Ángeles y de Tulum, y el desarrollo del Istmo, formarán parte de los bienes de la nación.
“Toda esta obra es del pueblo de México, no hay contratación de deuda. Las empresas se contratan, pero no hay ninguna asociación público-privada, es financiamiento del presupuesto público, del dinero de todos. Toda la obra que se está haciendo es obra pública, no son concesiones; toda esta obra, tanto los aeropuertos, el tren, todo, queda como parte del patrimonio nacional”, señaló.
Los traslados del Presidente por esa extensa región selvática que abriga zonas arqueológicas fueron con sobrevuelos en helicóptero. Sobre ello, repuso: “Palenque es grandioso. Sobrevolamos Calakmul, Chichén Itzá, Tulum, imagínense todo un sitio arqueológico en la orilla del mar Caribe. Con todo respeto para Atenas y para Egipto y para otros sitios, esto es lo mejor del mundo”.
Y en uno de esos traslados, “en Tenosique, volvimos a levantar en el helicóptero, ahí se subió el ingeniero Carlos Slim y nos fuimos hacia Campeche, porque de Escárcega, un poco más adelante de Campeche, le corresponde a Grupo Carso y estoy invitando a los dueños de las empresas, porque esta es una obra que tenemos que hacer entre todos”.
Así explicó la razón de su atención al Tren Maya, entre otras obras gubernamentales en el sureste del país. “Y no se trata de que haya más inversión en el sureste y se abandonen el norte o el Bajío. No, vamos a seguir atendiendo todo México, nada más que estamos buscando que se empareje, porque estaba –hablando coloquialmente– estaba ladeado, no habría equilibrio y ahora estamos buscando que sea un crecimiento, un desarrollo horizontal”.
Detalló que la obra del tren es significativa porque se levanta en circunstancias especiales. “Aun cuando se está utilizando el derecho de vía que existía de la construcción del Ferrocarril del Sureste, como (el maya) es un tren moderno de más velocidad, que se puede desplazar a 160 kilómetros por hora, requiere de una vía especial.
López Obrador también agradeció “a la gente por donde pasa el tren, a los ejidatarios, pequeños propietarios, porque todos nos están ayudando, no hemos tenido ningún problema, no hay oposición, la gente está a gusto; además, pues son beneficios porque se están creando muchos empleos en toda la región”.
También, el Presidente recibió en su despacho al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y al de Bienestar, Javier May. También, sin que nadie lo pidiese ver, se dijo que acudió al recinto histórico el fiscal general, Alejandro Gertz Manero.