Debido al avance en la ciencia médica y el desarrollo de medicamentos innovadores, especialistas ya consideran al cáncer de mama como una enfermedad crónica. Ahora es posible que las afectadas prolonguen su esperanza de vida hasta 10 años y, en algunos casos, que se postergue el inicio de la quimioterapia. No obstante, sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer en la población femenina. El reto se mantiene en la detección y diagnóstico temprano de la enfermedad, advirtió Efraín Salas, oncólogo del Centro Médico de Occidente del Instituto Mexicano del Seguro Social.
De esta deficiencia también dio cuenta el tercer Informe de gobierno. Entre septiembre de 2020 y junio de 2021 se revisaron 422 equipos de mastografía disponibles en el país. Las imágenes de la glándula mamaria obtenidas por ese medio son la columna vertebral de la estrategia de detección temprana de la neoplasia.
No obstante, del total de equipos, señala el informe entregado por el titular del Ejecutivo al Congreso de la Unión el pasado 1 de septiembre, “se detectó que 64 por ciento está en operación” y agrega que se realizarán “estrategias focalizadas para restablecer la operación funcional de dichas tecnologías”.
Por separado, Salas resaltó que en México ha habido avances en diversas áreas, como la formación de médicos. Hace poco más de dos décadas, egresaban tres especialistas en oncología, actualmente son entre 70 y 80 cada año. Aun así, los oncólogos clínicos son alrededor de 600, y los cirujanos entrenados en esta área, mil 500 a nivel nacional.
Hacen falta más, así como en la especialidad de radiooncología, de los cuales solamente hay registro de 300 profesionales.
Desde hace varios años se ha impulsado la detección temprana del cáncer de mama en el país. Octubre es el mes que se dedica a esta promoción, pero faltan equipos de mamografía, en especial en poblaciones con menos de 100 mil habitantes.
Asimismo, hay carencia de personal con la preparación especializada en imagenología mamaria o al menos con certificación en radiología e imagen que aseguren la calidad en la interpretación de los estudios, explicó.
Aunque existen, se requiere “dar un salto” para mejorar. Cada año se registran casi 30 mil nuevos casos de esta neoplasia. La cifra representa 28 por ciento de los tumores en México. En el mismo lapso, ocurren 7 mil 931 decesos por esta causa, de acuerdo con las estadísticas de Globocan de 2021.
En la conferencia donde se presentaron los avances en el manejo del tumor mamario metastásico y las nuevas opciones de tratamiento, Salas resaltó que si bien los fallecimientos por este padecimiento todavía son la principal causa de muerte en mujeres con cáncer, el número ha disminuido.
A pesar de las carencias, se ha logrado aumentar la detección temprana y en instituciones públicas de salud se ha trabajado para agilizar los tiempos entre el diagnóstico y el inicio de las terapias. Además, hay avances en medicamentos de más alta eficacia para frenar la progresión del tumor y aumentar la esperanza de vida de las pacientes, indicó.
Por su parte, José Rodrigo Espinosa, oncólogo del Instituto Nacional de Cancerología, comentó sobre la importancia de proteger la calidad de vida de las sobrevivientes mediante un manejo integral. Reconoció que hasta hace 20 años, menos de 5 por ciento de las investigaciones abordaban este tema. En la actualidad, al menos en 10 por ciento incluyen entre las variables la evaluación de la calidad de vida entre los objetivos primarios de las investigaciones sobre nuevos medicamentos.