Londres. La ONUSIDA reconoció en un correo electrónico interno la semana pasada que el comportamiento de un ex alto funcionario hacia las mujeres era “inaceptable” y fue permitido por una cultura que permitía la mala conducta.
Este es el suceso más reciente de un escándalo de acoso sexual que llevó al director previo de la agencia de la ONU contra el SIDA a retirarse anticipadamente y resultó en el despido de dos empleados.
La misiva parecía ser una referencia apenas velada al doctor Luiz Loures, ex secretario general adjunto en ONUSIDA, quien supuestamente besó a la fuerza a una empleada, Martina Brostrom, antes de intentar sacarla del ascensor de un hotel en Bangkok.
Una investigación anterior no encontró pruebas suficientes para sustentar las afirmaciones de Brostrom, pero un segundo informe de un panel independiente concluyó que había una cultura de impunidad y “liderazgo defectuoso” en la agencia de la ONU con sede en Ginebra.
ONUSIDA despidió a Brostrom en 2019, luego de una historia de The Associated Press que reveló que ella misma estaba siendo investigada por mala conducta financiera y sexual antes de presentar los cargos de acoso sexual contra de Loures, su superior.
El correo electrónico interno parece ser la primera vez que ONUSIDA reconoce que un empleado de alto rango cometió una acción indebida, aunque no identificó a Loures por su nombre. El lunes, la portavoz de la ONUSIDA, Sophie Barton-Knott, dijo que los asuntos relativos a las investigaciones y audiencias disciplinarias son confidenciales.
Las acusaciones de mala conducta sacudieron al liderazgo de la ONUSIDA e hicieron que Suecia suspendiera su financiamiento hasta que se nombrara un nuevo líder. Las denuncias supusieron una gran distracción para un organismo que está en el centro de los esfuerzos multimillonarios financiados por los contribuyentes para acabar con la epidemia de sida para 2030.