Santiago. La Convención Constitucional que elabora una nueva Carta Magna en Chile anunció ayer que aceptó la renuncia de Rodrigo Rojas –uno de los vicepresidentes del organismo–, quien forma parte de los 155 elegidos en mayo para esa misión, luego del escándalo que afloró por fingir que tenía cáncer.
La noticia de que Rojas no padecía esa enfermedad, reconocida por él en sus redes sociales el sábado, momentos antes de la publicación de una investigación periodística, impactó al país y al organismo encargado de elaborar un nuevo texto constitucional, que lleva dos meses en esa tarea.
“Lamentamos profundamente lo ocurrido con el convencional Rodrigo Rojas Vade y empatizamos (nos identificamos) con el dolor que esta situación ocasiona”, afirmó en un comunicado la Convención Constitucional, al aceptar la renuncia de Rojas como uno de los siete vicepresidentes del organismo.
La institución recalcó su “compromiso irrestricto con la transparencia y la probidad en el ejercicio” de los cargos, continuó.
Rojas se convirtió en uno de los rostros más emblemáticos de las protestas sociales que siguieron al estallido de octubre de 2019, al portar carteles en los que se leía: “no lucho contra el cáncer, lucho para pagar la quimio”, que lo convirtieron en un símbolo del fuerte endeudamiento que padecen los pacientes de esta enfermedad en el sistema de salud chileno.
Abanderó la lucha por un mejor sistema de sanidad para todos, una de las consignas más repetidas de la revuelta social, y basó su campaña en su supuesta enfermedad y su propio endeudamiento a causa de ella para ser electo como uno de los 155 constituyentes en las elecciones de mayo.
No se sabe si Rojas continuará en su cargo de constituyente, pero es algo que podría definirse la próxima semana, ya que el organismo –que está en la actualidad trabajando en la redacción de su reglamento– sólo considera el abandono en caso de enfermedad grave.
Rojas fue elegido por la Lista del Pueblo, un nuevo conglomerado social que agrupaba a personas independientes sin experiencia política que participaron activamente en las manifestaciones y demandas políticas y que ha sufrido grandes descalabros en las últimas semanas, al presentar a un fallido candidato a presidente. Diego Ancalao fue rechazado por el Servicio Electoral tras denunciar que se presentaron firmas falsas ante un notario fallecido para avalar su candidatura.
La elaboración de una nueva Constitución, que de ser aprobada dejaría atrás la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es uno de los principales logros de la revuelta social de octubre de 2019.