Venecia. El cineasta mexicano Michel Franco compitió ayer en el Festival Internacional de Cine de Venecia con un filme desconcertante, protagonizado por el célebre actor Tim Roth, quien interpreta a un rico y taciturno inglés que enfrenta la violencia y la soledad.
Tras obtener el año pasado el Gran Premio del Jurado de Venecia por su despiadada metáfora del mundo moderno en el filme Nuevo orden, el cineasta mexicano en Sundown reflexiona sobre el choque de culturas, la familia, la enfermedad y la muerte.
“Es una película introspectiva. Hace una radiografía a nivel nacional de un conflicto (...) Aquí el personaje de Tim es el que carga con toda la película, que sucede en su interior y en el contexto de Acapulco”, explicó Franco en entrevista.
El realizador escogió Acapulco, como emblema de una ciudad dividida entre un turismo para privilegiados y otro para pobres, con la violencia como telón de fondo, para contar acerca de las vacaciones de Neil y Alice Bennett (Tim Roth y Charlotte Gainsbourg).
“La escogí porque me parece que la decadencia del lugar y los conflictos reflejan lo que le está pasando al personaje”, agregó el realizador.
“Filmamos de manera discreta, eso sí, sin cerrar playas. No nos escondíamos”, aseguró divertido Franco al desmentir rumores de amenazas.
Invitación a reflexionar
Lo que puede ser el inicio de un relato acerca del México actual, resulta una invitación a reflexionar sobre la soledad, el dinero, la familia, la violencia, la enfermedad y la muerte.
Todos estos temas surgen en los 83 minutos en que seguimos la vida de Neil, con asaltos armados y atracos que forman parte de la vida cotidiana, sexo y afecto con una chica joven, taxistas secuestradores, en secuencias que el espectador debe interpretar.
“Las mejores películas las hacen los directores en su propio país, cuestionando de manera frontal y tratando de entender quiénes somos como individuos y como sociedad”, sostuvo Franco, quien escribe sus guiones y de alguna manera rechaza las superproducciones que seducen a otros realizadores latinoamericanos.
Se trata del ocaso de Neil, observado con distancia, donde parece que no pasa nada y en cambio no faltan sorpresas ni decisiones inesperadas. El silencio que reina en los atardeceres transmite además la profunda desolación existencial del protagonista.
“La cinta tiene que ver con un extranjero, que no habla el idioma, que lo es en todos los sentidos, en su interior; que trata de entender quién es y cómo se relaciona con sus seres queridos o con la gente que conoce. Creo que la vida es así. Nadie tiene las respuestas”, resumió Franco.