Ciudad de México. La reunión de Santiago Abascal, dirigente del ultraderechista Vox, con un grupo de senadores, fracturó al Partido Acción Nacional (PAN) que, afectado políticamente, a toda costa quiere pasar página y que este capítulo quede en el olvido. Sin embargo, persiste la molestia y voces dentro de la fuerza política que piden la remoción del coordinador Julen Rementería.
Entre ellas se encuentra la del ex gobernador de Baja California Ernesto Ruffo, quien demandó la salida del senador veracruzano por considerar que le quedó grande el cargo.
Criticó que Rementería haya hecho ese encuentro en los recintos oficiales del PAN, porque pareció que la reunión tenía un carácter institucional, cuando eso no es cierto.
A lo mejor en lo personal el senador veracruzano es admirador de las ideas de Vox, pero no tiene por qué mezclar sus creencias personales con las posturas del partido, señaló el primer gobernador que tuvo el blanquiazul en el país.
Frente a las críticas que generó la reunión, ni Rementería ni ningún senador y tampoco la dirigencia del blanquiazul emitieron ayer opinión alguna. De hecho, trascendió que el Comité Ejecutivo Nacional pidió a sus liderazgos ya no tocar el asunto en medios de comunicación.
Sin embargo, en corrillos del partido no cesa el escándalo. Hay inconformidad por la invitación que se hizo al dirigente de Vox y se recrimina a senadores que suscribieron la llamada Carta de Madrid por su ignorancia sobre lo que representa esa formación ultraderechista.
Se pone de ejemplo el caso de la senadora Lilly Téllez, quien suscribió el documento y de manera paradójica dijo en sus redes que detesta “la homofobia y el racismo”, actitudes que promueve Vox.
La mayoría de los legisladores firmantes que aparecieron en la foto con Santiago Abascal están identificados con el Yunque, el ala más conservadora del blanquiazul, algunos de ellos incluso signaron con antelación.
En este caso se encuentra la senadora Alejandra Reynoso, ubicada como parte de esa corriente, quien se ha caracterizado en los tres años de la legislatura por la crítica constante y virulenta al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, al propio Ejecutivo y otros integrantes del gabinete, entre ellos el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
La senadora Reynoso fue una de las que en el cónclave del jueves pasado con Abascal se tomó una foto sólo con él, y más tarde la subió a sus redes sociales. Con evidente satisfacción, también mostró el documento firmado.
La senadora no ha hecho declaración alguna sobre la polémica reunión ni acompañó a Rementería en la conferencia del jueves por la noche, en la que el coordinador panista debió dar la cara, luego del escándalo suscitado en redes y las expresiones de rechazo del presidente en funciones del PAN y de sus propios compañeros de bancada.
En esa conferencia, Rementería no precisó por qué se había invitado a Abascal al Senado. Se limitó a repetir que la firma de la Carta de Madrid “no significa ningún acuerdo ni alianza con ninguna persona u organización política”; aclaró que la firma de ese documento fue a título personal, no a nombre de la bancada ni del PAN.