Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró ayer que el Departamento de Justicia podría limitar la recién aprobada prohibición del aborto a partir de las seis semanas de gestación en Texas.
Biden explicó que existen “posibilidades dentro de la ley existente para que el Departamento de Justicia analice y determine si hay algo que se pueda hacer para limitar la acción independiente de personas y aplicar una ley federal-estatal”.
“Lo más pernicioso de esta ley de Texas es que crea una especie de autoproclamado sistema de justicieros, en el que la gente busca recompensas”, aseveró el mandatario. “Suena ridículo, casi antiestadunidense”, agregó.
El jueves, el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó un recurso presentado por proveedores de servicios de interrupción del embarazo que buscaba congelar la prohibición del aborto, tras asegurar que aunque existen “serias dudas sobre la constitucionalidad de la ley de Texas” por parte de las clínicas, hay cuestiones de procedimiento “complejas” que impiden bloquearla.
Biden criticó esta decisión, asegurando que se trata de un “asalto sin precedentes” a los derechos constitucionales de las mujeres, previstos en el precedente legal establecido por el caso Roe contra Wade, por el cual el Tribunal Supremo despenalizó el aborto en Estados Unidos.
La ley de Texas es una de las más estrictas del país, pues prohíbe el aborto cuando se detecta un latido fetal, que a menudo es antes de que la mujer sepa que está embarazada.
No hay excepción por violación o incesto, aunque existe una excepción por “emergencias médicas”. También permite a los ciudadanos presentar demandas civiles contra cualquier persona que ayude a una mujer embarazada a abortar. Es la primera vez que una ley que prohíbe el aborto a partir de las seis semanas entra en vigor.