Hoy en día las mujeres somos capaces de lograr las metas, objetivos personales e incluso los retos deportivos que nos propongamos, dejando atrás la imagen frágil de la mujer. El gran ejemplo de ello es Lenia Ruvalcaba, judoca con debilidad visual y medallista Paralímpica en Pekín 2008 y Río de Janeiro 2016,quien considera que el deporte es un recurso incomparable para dotar de fortaleza y equidad la inclusión cuando se vive con alguna discapacidad.
“La fuerza, no sólo física, que se obtiene con el deporte ayuda mucho a las mujeres a ser autosuficientes en la vida y a tener más seguridad y confianza en nosotras mismas. Nos volvemos seres humanos más fuertes en todos los sentidos”, relata Lenia desde España, donde se encuentra entrenando, para luego emprender la nueva aventura Paralímpica en Tokio 2020.
Hay un ingrediente pedagógico en la práctica deportiva. Quien decide involucrarse en una disciplina deberá también aprender a trabajar en equipo. Un atleta que compite desde la aparente soledad de una pista, una superficie de combate o la cancha, en realidad se sostiene con el trabajo en equipo.
“El deporte favorece la inclusión por sí mismo”, expone la judoca; “no sólo cuando se vive con alguna discapacidad, sino para todo el mundo. Nos enseña a crecer con sentido de colaboración, de ser parte de algo colectivo, un conjunto, y eso ayuda también socialmente”.
Ese potencial de desarrollo humano que otorga el deporte es clave en la formación de niños más incluyentes y con sueños posibles de alcanzar. Lenia está convencida de promover el deporte entre la niñez como parte de su formación.
“Cuando somos niños queremos ser muchas cosas”, explica Lenia; “algunas personas quieren ser gimnastas, otras nadadoras, pero al crecer y por las circunstancias de la vida muchos sueños se abandonan. Entonces hay que encontrar la manera de motivarlos, de encontrar el camino donde uno es feliz y donde todo fluya”.
“Mientras más pronto empiecen los niños en el deporte, mejor”, resume Lenia; “hay que aprender a no tener miedo, que si su sueño es estar en algo muy grande como unos Juegos Paralímpicos es posible de conseguirlo con disciplina”.
Lenia predica con un modelo que se sobrepone a los momentos críticos. Superar cualquier circunstancia que pueda ser percibida como una desventaja o una derrota y salir triunfante. Si el judo llegó a su vida como efecto de influencia de uno de sus hermanos mayores, fue ella quien superó cada prueba y determinó los pasos a seguir para mejorar.
“Desde que gané mi primer campeonato nacional hasta que me di cuenta que podía aspirar a ganar más medallas”, recuerda; “así llegué a la idea de representar primero a mi estado (Jalisco); después a mi país, y finalmente subir al podio en unos Juegos Paralímpicos”.
Sólo con esa solvencia pudo afrontar la derrota en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012, donde el fracaso le sirvió para replantear no sólo su programa deportivo, sino incluso su vida personal. Después de ganar medalla de plata en Pekín 2008, el tropiezo representó un golpe muy fuerte. La siguiente estación era recomponer su vida y carrera para culminar con una medalla en la parte más alta del podio en Río de Janeiro.
“Cuando volví de Londres sin medalla, pude darme cuenta que la había regado”, reconoce; “encontré las fallas, que no había entrenado para traer una medalla. Tuve que luchar y sobreponerme, mejorar en mi preparación e incluso hice cambios personales. Fue un trago muy amargo, pero lo importante es que a partir de ese momento aprendí. Sin esa derrota no existiría mi oro Paralímpico en Río”.
La resiliencia es un término de uso cada vez más frecuente en la vida social. Se refiere precisamente a la capacidad de asimilar la crisis y a continuar de la mejor manera posible. Lenia es un emblema de esta disposición y capacidad.
La pandemia de Covid-19 puso a prueba al mundo entero. Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio estuvieron en el vilo y hasta el último momento se tenía una completa incertidumbre sobre si sería posible llevarlos a cabo en un momento de emergencia sanitaria, y finalmente se realizaron, pero un año después de lo planeado. Lenia, como la mayoría de los atletas, vivió en esa zozobra, pero sin ser avasallada. ¿El largo proceso de preparación para estos juegos sería un desperdicio? ¿Afectaría el rendimiento con la alteración del calendario al retrasarlos un año? Y peor aún: ¿Se realizaría al fin esta accidentada cita Paralímpica?
“Fue muy complicado en lo personal”, hace el recuento; “cuando interrumpió la pandemia yo estaba en uno de mis mejores momentos deportivos y tenía en puerta varias competencias importantes. Fue un reto mantenerse en condiciones competitivas, una verdadera prueba de fuego”.
Todos los atletas que competirán en Tokio saben que acuden a una cita histórica en diversos grados. La pandemia no sólo obligó a retrasar la magna fiesta deportiva, sino además se hará bajo estrictas medidas y en un entorno inédito: sin público.
“Después de que estuvimos a nada de que se cancelaran, ya asimilamos la idea de que serán diferentes”, comenta Lenia; “será triste que no haya gente en las competencias, pero todos trabajamos muy duro para llegar a este momento y eso hay que tenerlo en mente. Hay temor a la posibilidad de contagios, pero estaremos bajo un estricto control para mitigar los riesgos”.
Lenia hace evidente su entusiasmo por iniciar una nueva prueba en su carrera, que ya cumple 23 años. La meta es repetir el oro Paralímpico conquistado en Río de Janeiro. Las condiciones en las que ha trabajado para llegar a esta oportunidad las define como incomparables.
Pertenecer al Team Citi, un programa creado por Citibanamex para enaltecer la labor deportiva de atletas paralímpicos de todo el mundo, le brindó la posibilidad de estar concentrada en su proceso de preparación rumbo a Tokio. Sin distracciones, las condiciones son favorables.
“El hecho de que Citibanamex patrocine los Juegos Paralímpicos envía un mensaje muy poderoso”, considera Lenia; “la mayoría de los patrocinadores se inclinan por la visibilidad del deporte convencional. Que Citibanamex apoye sólo los Juegos Paralímpicos es un plus”.
“Para quienes tenemos el apoyo de Team Citi nos permite trabajar con la mente puesta en las metas y sin presión. Podemos llevar un proceso de preparación tranquilo y nos permite concentrarnos en nuestros objetivos. Sin apoyo, el talento deportivo se pierde. Si la iniciativa privada se involucra también en el deporte de alto rendimiento, nuestro país tendrá mejores resultados. Sencillamente habrá más medallas y atletas ejemplares”.