Venecia. Kristen Stewart lamentó por años que la fama por Twilight (Crepúsculo) le robara su privacidad y una vida normal en la adolescencia, pero que nadie se equivoque: lo suyo no es nada en comparación con lo que soportó la princesa Diana.
“Ella era la mujer más famosa del mundo”, dijo Stewart. “He probado eso a un alto grado, pero en realidad no se acerca a esa representación monumental y simbólica de todo un pueblo o nación”.
Stewart adquirió esa perspectiva al filmar Spencer del director chileno Pablo Larraín, la más reciente mirada cinematográfica a la difunta princesa de Gales, que debutó en el Festival de Cine de Venecia. Estrenada entre temporadas de la serie The Crown de Netflix y con el musical de Broadway Diana a punto de alzar el telón, el cuento de hadas al revés de Larraín se centra en las vacaciones de Navidad de tres días a principios de la década de 1990 que precedieron a la separación formal de Diana del príncipe Carlos.
“Diana se sentía aislada y sola”
Mucho se ha dicho, visto y escrito sobre el colapso del matrimonio real, la profunda infelicidad de Diana y los crueles confines de la monarquía británica. Spencer no agrega nueva información o conocimientos a la historia de Diana, pero se permite imaginar lo que sucedió en esos tres días en la finca de la reina en Sandringham en Norfolk, mientras la “princesa del pueblo” se desmoronaba.
“Creo que lo realmente triste de ella, tan normal, casual y encantadora como es, también se sintió muy aislada y sola”, señaló Stewart en una rueda de prensa en Venecia. “Hizo que todos los demás se sintieran acompañados y reforzados por esta hermosa luz, y todo lo que quería era recuperarla”.
Ésta es la segunda película sobre un ícono en crisis del siglo XX que Larraín presenta en Venecia después de Jackie de 2016, un retrato de Jacqueline Kennedy Onassis protagonizado por Natalie Portman. Larraín indicó que decidió hacer un perfil de Diana porque “quería realizar una película que le gustaría a mi madre”.
El director chileno señaló que su mamá adoraba a Diana, se vestía e incluso se peinaba como ella: el famoso corte en capas de Lady Di. Pero añadió que a medida que investigaba, “me di cuenta de que tenía una gran cantidad de misterio, y éste, combinado con el magnetismo que poseía, crea los elementos perfectos para una película”.
“Esta es la historia de una princesa que decidió alejarse de la idea de convertirse en reina porque quiere ser ella misma”, recalcó el director chileno.
Diana ha sido el tema de al menos una docena de películas y series de televisión, desde dos cintas para Tv en Estados Unidos sobre la boda real de 1981, estrenadas un año después, hasta una película de 1993 basada en el libro Diana: her true story y la producción de 2013 Diana protagonizada por Naomi Watts como la princesa.
Ninguna ha sido particularmente halagadora para la monarquía. El lema de la reina Isabel II a menudo se resume como “nunca te quejes, nunca expliques”. Sobre ese principio, el Palacio de Buckingham se ha abstenido de hacer declaraciones de los muchos relatos ficticios de la vida de la familia real, desde The Queen, la película de Stephen Frears de 2006 sobre las secuelas de la muerte de Diana, hasta The Crown de Netflix.
La interpretación de la princesa Diana por parte Stewart en Spencer tuvo una cálida acogida en el Festival de Cine de Venecia y algunos críticos ya la señalan como posible candidata al Óscar.
Los primeros comentarios de la crítica sobre su actuación, que incluye un acento británico elegante, fueron positivos, y el Daily Mail la calificó de “espectacular”.
Dune, obra maestra de ciencia ficción
La adaptación de Denis Villeneuve de Dune de Frank Herbert siempre se concibió como dos películas. Pero incluso si no hubiera una secuela, ya es un “sueño” hecho realidad para el director canadiense y su protagonista, el actor Timothée Chalamet.
“En pocas palabras, éste fue el honor de mi vida”, expuso Chalamet en el festival de Venecia. “Espero que podamos hacer una segunda. Sería un sueño … (pero) ya ha sido un sueño hecho realidad”.
Chalamet, Villeneuve, Zendaya, Oscar Isaac, Rebecca Ferguson, Josh Brolin y Javier Bardem se reunieron para discutir la película en una rueda de prensa antes de su estreno mundial en el Lido. No debuta como parte de la competencia, pero es una de las cintas más esperadas del año después de un largo retraso debido a la pandemia de coronavirus.
Basada en el clásico de ciencia ficción de 1965, Dune es una historia heroica de un duque en ascenso, luchas de poder intergalácticas, una especie preciosa y gusanos espaciales letales, ha inspirado y superado a algunos de los mejores cineastas. Chalamet interpreta al joven héroe, Paul Atreides, que está siendo preparado para liderar cuando su familia se entera de que deben gobernar y proteger el hostil planeta desértico Arrakis, hogar del recurso más valioso del universo.
Aunque es una historia que ha inspirado a muchas mentes creativas, también las ha superado. Alejandro Jodorowsky intentó adaptarla en la década de 1970, pero luego de años de desarrollo y un guion que habría resultado en una película de 14 horas, se acabó el dinero y finalmente caducaron los derechos. La casi película incluso se convirtió en el tema de un documental de 2013, Jodorowsky’s Dune. Ridley Scott pasó siete meses desarrollando otra versión antes de abandonarla para hacer Blade Runner en su lugar. Entonces intervino David Lynch. Su película, protagonizada por Kyle MacLachlan y estrenada en 1984, fracasó en la taquilla y no impresionó a los críticos.
Pero Villeneuve, el director detrás de épicas espaciales ambiciosas y cerebrales como Arrival y Blade Runner 2049, no se detuvo ante los escombros anteriores. Villeneuve tenía su propia visión que había estado soñando desde que descubrió el libro cuando era un adolescente. Y con el apoyo de Legendary y Warner Bros, unos 165 millones de dólares a su disposición, la promesa de una secuela y un año extra para perfeccionarla como resultado de la pandemia, Villeneuve hizo su Dune. Y ahora está listo para poner al resto del mundo bajo su hechizo también.
El mayor desafío, bromeó, fue “lidiar y dominar” el pelo de Chalamet “porque está vivo”. En realidad, lo más complicado fue encontrar un equilibrio entre hacer una película para los fanáticos acérrimos de Dune, como lo son él y el compositor Hans Zimmer, y aquellos que no saben nada al respecto.
La historia, que lidia con religión, política, mito, destino, herencia, deterioro ambiental y colonialismo, indicó Villeneuve, sólo se ha vuelto más relevante.
“Cuando Frank Herbert escribió Dune en los años 60, en ese entonces era como un retrato del siglo XX, pero se convirtió cada vez más en una predicción de lo que sucedería en el XXI”, indicó. “Lamentablemente, el libro es mucho más relevante hoy en día… Ojalá no fuera así, pero creo que la película le hablará más al mundo de hoy que al de hace 40 años”.
La niña perdida
Maggie Gyllenhaal podrá provenir de una familia de cineastas, pero nunca se permitió soñar con dirigir hasta hace poco. Las cosas cambiaron muy rápidamente para la actriz cuando se encontró escribiéndole a Elena Ferrante para pedirle permiso para adaptar su novela de 2008 The lost daughter (La niña perdida).
Ferrante mencionó que sí pero con una condición: Gyllenhaal tenía que dirigirla ella misma o el contrato era “nulo y sin efecto”.
“Creo que siempre he sido directora y no me sentía con derecho a admitirlo”, enfatizó Gyllenhaal. “Creo que es un mejor trabajo para mí en realidad”.
La novela de Ferrante sigue a una profesora universitaria de mediana edad y madre de dos hijas mayores en unas vacaciones en solitario en las que queda embelesada por una madre más joven y su hija.
Olivia Colman y Jessie Buckley interpretan a la protagonista, Leda, en diferentes etapas de su vida. La Leda de Colman está de vacaciones en Grecia cuando se da cuenta de que Nina (Dakota Johnson) y su pequeña hija están en la misma playa y toma una decisión extraña en relación con la muñeca de la niña.
Gyllenhaal declaró que las novelas de Ferrante presentan “verdades secretas sobre una experiencia femenina en el mundo de la que realmente me gustó haber hablado en voz alta… Parecía algo peligroso y emocionante de probar. Por eso quise intentar adaptarla al cine”.
Mantuvo correspondencia con Ferrante y ésta proporcionó notas sobre el guion, que se toma muchas libertades creativas, la autora italiana la apoyó; quería que Gyllenhaal hiciera suya la historia.
La 78 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia transcurre hasta el 11 de septiembre.