Kabul. El Talibán anunció ayer que está a punto de formar un nuevo gobierno que se enfrentará a enormes desafíos económicos, en momentos en que decenas de mujeres llevaron a cabo una manifestación en Afganistán a favor de su derecho a trabajar.
Los militantes islamitas, que han prometido una gestión más abierta que durante su riguroso gobierno entre 1996-2001, pasaron de ser un grupo insurgente a ejercer directamente el poder.
El anuncio del gabinete –que según indicaron a la agencia de noticias Afp dos fuentes talibanas podría producirse hoy– tendrá lugar pocos días después de la caótica salida del país de las fuerzas de Estados Unidos.
Uno de los momentos más simbólicos desde la toma del poder en Kabul por los talibanes el pasado 15 de agosto fueron los desfiles de sus militantes con el material militar occidental capturado durante su fulminante campaña. Incluso hicieron volar un helicóptero Black Hawk sobre Kandahar, feudo espiritual de los talibanes.
Ahora, todas las miradas están centradas en el nuevo gabinete talibán, y si éste será capaz de enderezar una economía devastada y respetar su compromiso de un gobierno “inclusivo”.
Según un alto jefe de los talibanes, “podría no haber” mujeres a cargo de ministerios o en puestos de responsabilidad.
Durante su periodo en el poder entre 1996 y 2001, marcado por una aplicación estricta de la ley islámica, las mujeres desaparecieron del espacio público afgano.
Mientras, en la localidad de Herat, capital cosmopolita del oeste de Afganistán, medio centenar de mujeres protagonizaron una inusual manifestación para reivindicar su derecho a trabajar y pedir participación en el nuevo Ejecutivo.
“Es nuestro derecho tener educación, trabajo y seguridad”, corearon. “No tenemos miedo, estamos unidas”
Entre las 122 mil personas –afganas y extranjeras– que huyeron de Afganistán en las últimas semanas gracias a las evacuaciones organizadas por los occidentales, figuraba la primera periodista afgana que entrevistó a un jefe talibán en directo en la televisión.
Beseshta Arghand, periodista de la cadena privada Tolo News, huyó a Qatar, al temer por su vida cuando los islamitas conquistaron el poder.
“Quiero pedir a la comunidad internacional: por favor, hagan algo por las afganas”, declaró a la Afp.
Abdul Salam Hanafi, miembro del buró político del grupo islamita en Doha, informó que Wu Jianghao, ministro adjunto de Relaciones Exteriores de la República Popular de China, le dijo en Qatar que Pekín mantendrá abierta su embajada en Kabul, y “continuará y aumentará su ayuda humanitaria, en particular para el tratamiento del Covid-19”.