México ha mantenido una “política fiscal conservadora” y en lo inmediato no hay algún riesgo que lo lleve a perder el grado de inversión, pero sí se advierte un aumento en los intereses que el mercado impone al país para prestarle, una salida de inversionistas extranjeros en los bonos de deuda en pesos y elementos que imponen “mayor rigidez” a las finanzas públicas, reportó la calificadora Moody’s.
El costo de fondeo para México ha aumentado, sobre todo por una “perspectiva del mercado” acerca de los anuncios de política que hace el presidente Andrés Manuel López Obrador, explicó Renzo Merino, analista soberano de la firma. Contextualizó: el costo financiero de la deuda –los intereses y los pagos por administración– representaba 2.5 del producto interno bruto (PIB) en 2016, actualmente ronda el 3 por ciento del PIB; y “puede seguir aumentando”.
Agregó que en el mercado de deuda interno “ha decrecido significativamente” la participación de los inversionistas extranjeros; en 2016, al menos 40 por ciento de los bonos estaban en manos de foráneos, en julio reciente esta proporción ronda 20 por ciento. “Quizá por una mayor percepción de riesgo”, comentó en el encuentro Inside LatAm: Mexico, convocado por Moody’s.
Merino dijo que como lección de la primera mitad de gobierno del presidente López Obrador se observa un “manejo fiscal y monetario prudente”. Incluso en uno de los choques macroeconómicos más fuertes que puede experimentar un soberano, como la pandemia, “México ha mantenido su fortaleza fiscal casi inalterada”.
Esto ha permitido un control del déficit fiscal, a diferencia de economías con una calificación también en Baa1, pero este manejo “prudente” se cobraría en el crecimiento futuro, siendo uno de los países con mayor rezago. Un avance del PIB debajo de 2 por ciento por varios años consecutivos, implicaría que México pierda el grado de inversión, advirtió.
Además, la recuperación entre las entidades federativas va a ser desigual y lenta, toda vez que será hasta 2023 que se registrarán crecimientos, tanto en las transferencias presupuestales como en ingresos propios en las economías más acordes con lo que registraban en el pasado, explicó a su vez Nuvia Martínez Reyes, analista de subsoberanos de Moody's.
Por su parte, Manuel Lobato, director general y jefe de Finanzas Públicas Globales en México de BBVA, describió que la Ley de Disciplina Financiera ha funcionado en estados y municipios, ya que desde 2017 su endeudamiento venía a la baja. No obstante, ante las necesidades de gasto en salud y seguridad social, “la pandemia detuvo la caída que traía el saldo real de la deuda de las entidades federativas”.