El libro que llamé un “acompañante inesperado” en mi camino, Happiness, Flourishing and the Good Life ( HFGL; Routledge) de Thomson, Gill y Goodson (TGG), y que empecé a narrar en las entregas del 23 y 30 de julio, identifica cuatro tendencias erróneas en el estudio del bienserestar (BSE), de las cuales abordé las primeras dos: 1. No distinguir bien lo evaluativo de lo empírico; 2. No distinguir bien valor instrumental (VI) de valor no instrumental (VNI). Hoy narro las otras dos: 3. No distinguir entre lo valioso y su medición, y 4. Ignorar la subjetividad de la experiencia. Sobre la 3ª tendencia errónea señalan que hay una falla endémica en separar “valioso” y “medición de dicho valor”. Los indicadores de X son distintos que X mismo. Un aumento de la temperatura no es lo mismo que su medición. Podemos tener el 1° sin el 2°. La afirmación: la utilidad es una medida del BSE no es lo mismo que la utilidad es el BSE. Cómo medimos el BSE no define qué es el BSE. Los procesos de tratar de entender el BSE y el de descifrar como medirlo, están separados. El concepto tiene que ser explicado en toda su riqueza sin la confusa restricción que debe ser simplificado para hacerlo medible. TGG señalan que, aunque a veces los tres errores analizados hasta aquí son falacias inocuas, pueden constituir errores graves que nos lleven a identificar mal lo que realmente importa. Enuncian los tres errores positivamente, como principios para el estudio del BSE: 1. No simplificar nuestra concepción del BSE para medirlo. Debemos hacer nuestra concepción rica y compleja y resolver cómo puede medirse. Debemos separar claramente la exposición del concepto y su medición. 2. No confundir causas del BSE con sus elementos constitutivos. Debemos entender bien entre qué elementos se dan las conexiones causales, lo que requiere estudios empíricos referidos a la naturaleza del BSE que debieran tener una relación sinérgica con el trabajo conceptual. El trabajo empírico no debe estar sólo dirigido a lo que causa/facilita el BSE. 3. El trabajo conceptual que un marco para el BSE requiere, debe incluir cómo darle determinantes empíricos a una concepción evaluativamente rica del mismo.
La 4ª tendencia errónea es ignorar la subjetividad de la experiencia. La ciencia tiene dificultades para reconocer la subjetividad de la experiencia en sus propios términos y tiende a verla en términos objetivos. Pero no se puede concebir adecuadamente la subjetividad desde un punto de vista objetivo. La subjetividad es un aspecto vital del BSE: como uno siente vivir la propia vida desde el punto de vista de 1ª persona es una parte importante y necesaria de su propio ser y de su BSE. Este asunto puede ser, añaden, confuso pues los términos subjetivo y objetivo tienen, al menos, cuatro usos o sentidos: 1er uso/sentido, en metaética el subjetivismo es el punto de vista que las afirmaciones evaluativas (AEV) no pueden ser verdaderas ni falsas, lo que se interpreta como que son sólo un asunto de opinión. TGG adoptan la postura que las AEV pueden ser verdaderas o falsas, lo cual significa que somos falibles al hacerlas y que podemos ser ignorantes. También significa que tenemos que descubrir los criterios pertinentes. Si las AEV pueden ser verdaderas o falsas, entonces es posible equivocarnos en nuestros juicios sobre lo bueno y lo malo; p.ej. podemos formular un plan de vida inadecuado para nuestro carácter que se convierta en fórmula para la decepción y receta para la autoinstrumentalización. No sólo son posibles los errores, sino también la ignorancia. Podríamos ignorar formas de vida alternativas que serían más adecuadas para nuestro BSE. Es posible, añaden, que no estemos haciendo juicios erróneos sobre esos estilos de vida, sino que no estemos haciendo juicios a secas al respecto. Nuestros horizontes y concepción práctica del BSE pueden ser estrechos. El espacio de posibilidades de valor de la vida humana está casi inexplorado. Puede haber formas de vida más conducentes al BSE que no nos hemos imaginado. Una teoría del valor que permita errores e ignorancia sobre nuestro BSE requiere criterios. Concluyen: “Nuestro proyecto de entender el BSE de una forma no reduccionista será una búsqueda de los criterios constitutivos pertinentes”. 2° uso/sentido. Referido a sujetos. Algo es subjetivo si pertenece al sujeto como tal. El dolor es subjetivo y la masa física no lo es. El 1° depende del sujeto de la experiencia como tal y el 2° no. El BSE es claramente subjetivo en este sentido: requiere un sujeto que esté bien. 3° uso/sentido: intencionalidad o autoconciencia, que se explican, provisionalmente, diciendo que “muchos fenómenos mentales (p.ej. el pensamiento) se caracterizan por su contenido o por referirse a algo: pueden expresarse con una frase y se refieren, p.ej. a la cena de esta noche. Son, además intencionales de una manera que corporiza una visión del mundo. 4° uso/sentido. Metodología. La declaración de que las ciencias naturales tienen una metodología objetiva significa que no deben depender del estado sicológico del experimentador. Los resultados deben ser replicables, por lo cual el experimento debe conducirse con controles. Los experimentos son impersonales y neutros. Las ciencias naturales contrastan con la interpretación. Cómo deba interpretarse un texto puede depender del estado del intérprete, por lo cual la interpretación se ve con frecuencia como un diálogo entre lector y texto. TGG hacen notar que si bien la interpretación es subjetiva en este sentido no lo es en el sentido de verdad/falsedad: puede haber mejores y peores interpretaciones y, aunque no hay una única interpretación verdadera de un texto puede haber interpretaciones más verdaderas y más falsas. En suma, los cuatro sentidos del contraste objetivo/subjetivo son: 1) Las AEV subjetivas son sólo materia de opinión si no tienen un valor de verdad. 2) Son subjetivas cuando son sobre un sujeto como tal, y cuando 3) describen el contenido intencional de la experiencia personal. 4) Una metodología es subjetiva si no es adecuadamente impersonal y replicable. Estos sentidos son independientes entre sí: podemos tener AEV verdaderas sobre la subjetividad de una experiencia personal, investigadas con metodología objetiva. Un marco conceptual para el BSE debe incluir la subjetividad de la experiencia. Hay una diferencia entre nuestra vida interna constituida por nuestra conciencia y por cambios en nuestra atención, y nuestra vida externa como otros la pueden observar. Nuestra vida interna es algo que uno vive para sí mismo y esta fenomenología de la conciencia debe ser parte del marco del BSE. Esto requiere la intencionalidad: cómo vive uno el mundo. Quizás por su linaje positivista y su proclividad a los resultados numéricos, algunos enfoques en las ciencias sociales excluyen la subjetividad de la experiencia en este sentido al abordar el BSE, dicen TGG. Hay razones epistemológicas para esto. Hay dificultades notorias para conocer la vida interna de otros (y de uno mismo). No deberíamos tomar nuestras experiencias en 1ª persona como dadas o transparentes o determinadas. A pesar de estas dificultades y otras, la forma en que uno vive o es consciente de la propia vida en 1ª persona es una faceta necesaria del BSE.