Con seis días en funciones y una inédita cartera de atribuciones políticas bajo el brazo, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, entregó en un minuto el tercer Informe del presidente Andrés Manuel López Obrador. No aprovechó la tribuna que le abrieron los partidos en el pleno de la Cámara de Diputados, y en cambio dedicó más de media hora al contacto con la clase legislativa, que lo apapachó.
Por primera vez, desde que en 2008 el documento se entregaba en un salón anexo, al funcionario se le permitió hacerlo en la Mesa Directiva, donde usó el micrófono para cumplir la obligación constitucional.
Si otros titulares de Gobernación añadieron un mensaje político a los legisladores, el gobernador de Tabasco con licencia se limitó a informar que, por instrucciones y en representación del presidente Andrés Manuel López obrador, acudió al Congreso para llevar el escrito.
Antes de entregar la caja con una cubierta en color guinda, López Hernández la colocó junto al Gran Tintero –la estatuilla de plata que alude a las diosas griegas de los derechos y la victoria, Temiz y Niké–, y sobre ella la tarjeta de donde, lacónico, leyó sólo el protocolo.
Contrastó el recibimiento y la despedida que le prodigaron senadores y diputados reunidos en la Cámara de Diputados para inaugurar la 65 Legislatura.
Desde que, en 2008, Francisco Ramírez Acuña entregó el segundo informe de Felipe Calderón, todos los responsables de la política interior entraron al Palacio Legislativo por una puerta posterior y fueron recibidos en el Salón de Protocolo.
El político tabasqueño, a quien el Presidente definió como “amigo, paisano y amigo entrañable”, recibió un trato distinto: entró a la Cámara por la puerta principal, y utilizó el pasillo central del recinto.
Legisladores de todos los colores se arremolinaron en torno a él e incluso la ex cantante de Kabah, estrenada como diputada del PVEM, Federica Quijano, no se le despegó.
En un recorrido de 20 minutos desde el vestíbulo hasta la Mesa Directiva, el secretario de Gobernación y los legisladores rompieron las medidas de sana distancia.
Saludó de mano a la cúpula del PRI: Miguel Ángel Osorio Chong y Rubén Moreira, los coordinadores parlamentarios; el presidente del partido, Alejandro Moreno, y se detuvo largo con la senadora Claudia Ruiz Massieu Salinas. Incluso dio dos besos en las mejillas a la sobrina de Margarita Zavala y Felipe Calderón, Mariana Gómez del Campo (PAN).
Tras entregar el Informe, la salida llevó otros 15 minutos. En su gira por Chiapas, el Presidente dijo que, con el ex gobernador Manuel Velasco, la CNTE se llevaba “muy bien”. Ayer, el ahora senador del Verde esperó a López Hernández al pie de la tribuna, para abrazarlo.