Ginebra. El cambio climático y los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos provocaron un aumento de las catástrofes naturales en los últimos 50 años con un desproporcionado impacto en los países más pobres, informaron ayer la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres.
GALERÍA: Nueva York y Nueva Jersey inundadas; se declaran en estado de emergencia por 'Ida'.
No todo son malas noticias, de acuerdo con ambas agencias, al destacar que gracias a la mejora de los sistemas de alerta temprana y de manejo de desastres, el número de muertes por estos fenómenos ha sido casi tres veces menor.
De acuerdo con el Atlas de la OMM de mortalidad y pérdidas económicas por fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos (1970-2019), se registraron más de 11 mil desastres en todo el mundo, con más de 2 millones de muertes y 3.64 billones de dólares en pérdidas.
Entre 1970 y 2019, los peligros meteorológicos, climáticos e hídricos representaron 50 por ciento de todos los desastres, 74 por ciento de todas las pérdidas económicas reportadas y 45 por ciento de todas las muertes, detalla el informe. Más de 91 por ciento de estos decesos tuvieron lugar en países en desarrollo.
Entre los 10 principales peligros que provocaron la mayor pérdida de vidas humanas durante este periodo se encuentran las sequías, las tormentas, las inundaciones y las temperaturas extremas. Sin embargo, el número de víctimas mortales se redujo de más de 50 mil en la década de 1970, a menos de 20 mil en la década de 2010.
En términos de pérdidas económicas, tres de las 10 catástrofes más costosas ocurrieron en 2017, como los huracanes Harvey, María e Irma. Estos tres huracanes representaron 35 por ciento del total de las pérdidas económicas de las 10 principales catástrofes a escala mundial entre 1970 y 2019.
“Los extremos meteorológicos serán más frecuentes y graves en muchas partes del mundo a consecuencia del cambio climático”, advirtió el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
“Eso significa más olas de calor, sequías e incendios forestales, como los que hemos observado en Europa y América del Norte. Tenemos más vapor de agua en la atmósfera, lo que está exacerbando las precipitaciones extremas y las inundaciones mortales. El calentamiento de los océanos ha afectado la frecuencia y el área de existencia de las tormentas tropicales más intensas.
“Las pérdidas económicas están aumentando al incrementar la exposición. Pero detrás de las crudas estadísticas hay un mensaje de esperanza. La mejora de los sistemas de alerta temprana de peligros múltiples ha conducido a una reducción significativa en la mortalidad. Es muy simple, estamos mejor que nunca para salvar vidas”, dijo Taalas.
El informe de la OMM pide que se refuercen los mecanismos de financiamiento del riesgo de desastres a nivel nacional e internacional, especialmente para los países menos desarrollados y los pequeños estados y territorios insulares, al tiempo que se formulan políticas integradas y proactivas sobre las catástrofes de evolución lenta, como la sequía.
En tanto, los restos del huracán Ida azotaban ayer el noreste de Estados Unidos, causando lluvias e inundaciones tan intensas que cientos de personas tuvieron que ser rescatadas en sus viviendas en Maryland y Virginia.
Un adolescente murió y dos personas están desaparecidas.
Las cuadrillas de emergencia evacuaron a unas 3 mil personas que vivían al lado de una represa en Johnstown, Pensilvania.
Los torrentes de agua tumbaron unas 20 casas y arrastraron varias viviendas móviles en las montañas del oeste de Virginia, donde unas 50 personas fueron rescatadas y cientos fueron evacuadas. Una persona está desaparecida en la pequeña comunidad de Hurley, reportó la prensa local.
El agua casi llegó al techo del sótano cuando llegaron las cuadrillas de rescate a un conjunto residencial en Rockville, Maryland. Un joven de 19 años fue hallado sin vida, otra persona está desaparecida y quedaron desplazadas unas 200 personas en la cercana Rock Creek, informó el jefe de bomberos del condado Montgomery, Scott Goldstein.
Se prevé que la periferia de Ida, que devastó a Luisiana y Misisipi, dejará hasta 20 centímetros de lluvia desde el centro de los Apalaches hasta Nueva Inglaterra.