La actividad manufacturera en Estados Unidos repuntó de manera inesperada en agosto. La encuesta del Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM, por sus siglas en inglés) arrojó que su índice de actividad industrial nacional subió a 59.9 el mes pasado desde 59.5 de julio.
Una lectura por encima de 50 puntos indica una expansión manufacturera, sector que representa 11.9 por ciento de la economía estadunidense y que a su vez tiene amplia relación con la economía de México.
De acuerdo con agencias, la demanda está siendo impulsada por empresas que buscan reponer inventarios que se redujeron drásticamente en la primera mitad del año.
La acumulación de inventarios, que se espera sea el principal motor del crecimiento económico durante el resto del año y hasta 2022, se ha visto frustrada por las limitaciones de la oferta. El ISM destacó que persisten los problemas para garantizar suficientes materias primas, una situación que empeoró por las disrupciones causadas por la última ola de infecciones por Covid-19, sobre todo en el sudeste asiático, así como por la congestión de los puertos en China.
“La escasez de insumos ha elevado los precios tanto para los fabricantes como para los consumidores. No obstante, parece haber luz al final del túnel. La medida de ISM del desempeño de las entregas de proveedores a organizaciones manufactureras bajó aún más en agosto, lo que indica una cierta mejora en el ritmo de las entregas”, agrega Reuters.
Aun con la recuperación en la demanda de manufacturas, la escasez de trabajadores persiste, reportan agencias. En agosto, el empleo en fábricas se contrajo el mes pasado y cayó a su nivel más bajo desde noviembre. El presidente de ISM, Timothy Fiore, destacó “un ciclo claro de rotación laboral a medida que los trabajadores optan por condiciones laborales más atractivas”.
(Con información de Reuters)