Washington. General Motors informó este jueves que reducirá la producción en ocho de sus plantas de ensamblaje de América del Norte este mes debido a la escasez de chips semiconductores, lo que afectará a su rentable línea de camionetas y vehículos utilitarios deportivos.
El mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos detendrá la producción la próxima semana en su planta de Fort Wayne, en Indiana, y su planta de Silao en México, ambas productoras de camionetas.
La escasez de chips en todo el sector está provocando recortes masivos en la producción de automóviles en todo el mundo.
A principios de esta semana, Ford Motor dijo que dejará de fabricar camionetas en su planta de Kansas City durante las próximas dos semanas. Los turnos se reducirán en dos plantas de camiones más en Dearborn, Michigan y Louisville, Kentucky.
Toyota Motor informó el mes pasado que reducirá la producción global para septiembre en 40 por ciento respecto a su plan anterior.
GM detendrá la producción en su planta de Wentzville, Missouri, durante dos semanas a partir del 6 de septiembre, en la que se fabrican camiones de tamaño medio y furgonetas.
GM también detendrá la producción en la Asamblea CAMI en Canadá y la Asamblea de San Luis Potosí en México durante dos semanas más. La compañía fabrica su SUV Equinox en ambas plantas.
El fabricante de automóviles también está parando la producción durante dos semanas adicionales en su planta de Lansing Delta Township que construye el Chevrolet Traverse y el Buick Enclave.
Los recortes agravarán una oferta ya escasa de automóviles, camionetas y SUVs en los concesionarios en Estados Unidos, que han elevado los precios a niveles récord.
Los fabricantes informaron que los concesionarios estadunidenses tenían poco menos de un millón de vehículos nuevos en sus lotes en agosto, 72 por ciento menos que los 3.58 millones en agosto de 2019.
Los analistas del sector dicen que la variante delta del coronavirus ha afectado duramente a los empleados de las fábricas de chips en el sudeste asiático, lo que ha obligado a cerrar algunas plantas. Eso empeoró la escasez de microprocesadores, que estaba empezando a aliviarse a principios del verano.
La demanda de camionetas pick-up, SUVs y otros automóviles es fuerte, pero los compradores están cada vez más frustrados debido a la falta de inventario y los precios alto.
Las ventas de vehículos livianos en Estados Unidos cayeron casi 18 por ciento en agosto en comparación con el año anterior, mientras que el precio promedio de venta de vehículos superó los 41 mil dólares, un récord, según la firma J.D. Power.