El crédito otorgado por la banca privada y la de desarrollo al sector productivo no deja de caer. No hay ramo empresarial al que se le hayan aumentado los préstamos comparados con el año pasado, pese a que se está en el marco de recuperar la actividad económica y empleos que se perdieron el año pasado, muestra el Banco de México (BdeM).
En julio, la cartera vigente total de las instituciones comerciales al sector privado (que incluye personas, vivienda y empresas) se redujo 9.7 por ciento respecto del mismo periodo del año pasado. El destinado al sector productivo cayó hasta 14.7 por ciento, el de consumo lo hizo 5.8 por ciento, y sólo el que va a a vivienda aumentó 3.1 por ciento, con un evidente olvido en los desarrollos de interés social.
La banca de desarrollo tampoco se posiciona como una opción, el financiamiento total otorgado por estas instituciones (Nafin, Bancomext, Banobras, Sociedad Hipotecaria Federal, Banjercito y Banco del Bienestar) registró una disminución real anual de 5.4 por ciento. El financiamiento al sector privado cayó hasta 12.7 por ciento; el que va al sector público federal se incrementó 1.1 por ciento, el destinado a estados y municipios disminuyó 0.1 por ciento y el que va otros sectores se redujo 10.2 por ciento.
Los agregados monetarios y la actividad financiera en julio de 2021 muestran que la cartera vigente total de la banca comercial al sector privado fue de 4 billones 633 mil millones de pesos, una baja de 9.7 por ciento respecto del mismo mes del año pasado, que se debe a la menor emisión de créditos al consumo, a las empresas y a personas físicas con actividad empresarial.
Se muestra que en ese mes el crédito al consumo alcanzó 977 mil millones de pesos, una reducción de 5.8 por ciento respecto del año pasado. Hay menores préstamos vía tarjetas de crédito, nómina, a bienes de consumo duradero (como autos), pero han caído sobre todos los préstamos personales.
Vivienda es la única ramo que ha crecido respecto al año pasado, pero su avance está recargado en créditos para los sectores medio y residencial; mientras se desplomó 18.5 por ciento el préstamo a interés social, que no representaba más de 6.3 por ciento de sus recursos en cartera el año pasado y ahora queda en 4.9 por ciento.
No obstante, es en el sector productivo, compuesto por empresas y personas físicas con actividad empresarial, donde se observan las mayores caídas en la cartera de crédito. En general, el monto prestado a este rubro se redujo 14.7 por ciento respecto de julio de 2020 y, con excepción de las sofomes reguladas, que son subsidiarias de instituciones bancarias y otros grupos financieros, todos los sectores están recibiendo menos financiamiento.
Destacan la fabricación de equipo de transporte, para la cual el crédito cayó 51.6 por ciento, la fabricación de productos con base en minerales no metálicos que se redujo 30 por ciento y la minería 32.4 por ciento. Incluso en los sectores agropecuario, silvícola y pesquero, entre los pocos donde la crisis de coronavirus no impactó, el financiamiento de bancos se redujo 5.4 por ciento frente a julio del año pasado.