México alcanzó la meta de 300 medallas en su historia en Juegos Paralímpicos. Y la superó para llegar a 302 preseas la noche del martes en Tokio. La consiguió con el 1-3 en natación 50 metros pecho varonil, categoría SB2, un oro de Arnulfo Castorena y un bronce de Jesús Hernández. Cristopher Tronco quedó a dos segundos del podio al culminar en cuarta posición.
Minutos más tarde rebasaron la cifra planeada por la delegación mexicana, cuando Nely Miranda Herrera logró el bronce de natación 50 metros pecho femenil, categoría SB3, para llegar a 301.
Y un par de horas después llegaba otra preciada medalla de oro, José Rodolfo Chessani la conquistó en el atletismo, 400 metros T38. Ese título dio el metal 302 a la delegación tricolor paralímpica en la historia.
México ahora suma cinco medallas de oro, una plata y siete bronces en los Juegos de Tokio. Aún quedan pruebas por disputar y la misión histórica se cumplió como se esperaba. Los paratletas mexicanos lo adelantaban desde la mañana de su abanderamiento en la Ciudad de México, tenían la confianza y el entusiasmo por llegar a una suma que data desde su primera participación en Juegos Paralímpicos en 1972.
Antes de partir a Tokio 2020, la delegación paralímpica mexicana sumaba 289 preseas en la historia. La misión de alcanzar 300 estaba al alcance en las horas previas, cuando el lunes se alcanzaron 298. La oportunidad era de la natación con dos mexicanos en competencia por 50 metros pecho, categoría SB2.
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Castorena, con la furia de su leyenda
Arnulfo Castorena, un multimedallista paralímpico, cerró con la furia coherente de su leyenda. Ganó el oro al recorrer los 50 metros en menos de un minuto (59.25).
La primera vez que conquistó esta prueba fue hace 20 años en los Juegos de Sidney 2000; cuatro años más tarde refrendó el título en Atenas 2004, donde además se llevó una plata en 150 metros estilos y bronce en 50 metros mariposa. Tardó ocho años más, en Londres 2012, para volver a subir a un podio cuando se colgó la plata en 50 metros pecho, la prueba en que esta noche japonesa volvió a proclamarse campeón. Su medalla fue la número 299 en la historia paralímpica mexicana.
Detrás de Arnulfo, llegó el australiano Grant Patterson con 1.01.79 en el reloj. La cifra ansiada por el deporte mexicano quedó a merced de Jesús Hernández, tocó el borde de la alberca y se consagró con el bronce, el metal número 300 que han conseguido los paratletas mexicanos que se sobreponen a la adversidad y que luchan además en favor de la inclusión en todos los órdenes. Esta medalla se sumó al oro que ya había conseguido en Tokio en los 150 metros combinados y que lo hacen el único tricolor con dos podios en esta edición, hasta el momento.
El privilegio quedó a dos segundos del alcance de otro mexicano emblemático, Cristopher Tronco llegó con 1.04.46 para ocupar el cuarto lugar.
La nadadora Nely Miranda también tuvo otro privilegio, el de superar la marca histórica al conquistar la presea 301. La competidora de 49 años logró un preciado bronce en los 50 metros pecho, categoría SB·, con tiempo de 1.01.60. La española Marta Fernández fue la campeona con 58.21 y la plata, de la rusa Nataliia Butkova, con 1.00.54.
Miranda Herrera ahora presume sus cuatro medallas, ya que tiene dos oros de Pekín 2008 y un bronce de Río de Janeiro 2016.
La cuenta la cerró el atletismo, donde el mexicano José Rodolfo Chessani fue campeón de los 400 metros, categoría T38, en el Estadio Nacional de Tokio. Llegó convertido en un bólido que cerró con 49.99 segundos, su mejor marca personal y el metal 302 para México. Al mexicano lo persiguieron el tunecino Mohamed Farhat Chida, quien con 50.33 segundos se quedó con la plata, y el canadiense Zachary Gingras, con 50.85, fue bronce.
La historia que comenzó en Alemania Occidental
El deporte mexicano empezó su trayectoria en Juegos Paralímpicos en 1972, durante la edición en Heidelberg, en aquel entonces Alemania Occidental. En esa edición, sin embargo, la delegación tricolor no obtuvo ninguna presea. Sólo compitieron siete atletas de este país.
La primera vez que subieron al podio fue cuatro años después, en Toronto 1976. En esa edición empezó la historia triunfadora de los paratletas mexicanos que abrieron brecha. En aquella competencia en Canadá consiguieron 16 de oro, 14 de plata y nueve bronces, para sumar los 39 metales inaugurales de México.
Desde entonces, el paso de la delegación tricolor en Juegos Paralímpicos ha sido constante y productivo. Los 60 paratletas mexicanos, 29 mujeres y 31 hombres, llegaron a Tokio con la misión de sumar 300 metales. Lo han logrado y superado, tal como acostumbran enfrentar las adversidades.