Ciudad de México. Al evaluar a sus opositores en tres años de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador, consideró: “lo han hecho bien, se han portado bien, porque la transformación que se está llevando a cabo es profunda, estamos arrancando la corrupción, y desde luego que se sienten afectados.”
En el Salón Tesorería de Palacio Nacional recordó una conversación con el presidente Enrique Peña Nieto -plasmada en su libro A mitad del camino-, donde éste le confesó una de sus cuitas:
“Me dijo que se sentía traicionado porque había atendido bien a los de arriba (empresarios y dueños de medios de comunicación), y habían actuado de manera traicionera. Convirtieron al presidente Peña en el payaso de las cachetadas”.
Y continuó argumentando que sus opositores aglutinados entre empresarios, intelectuales orgánicos y propietarios de medios de comunicación, no son de fiar.
“Los medios de comunicación: imaginen que me dedico a cenar con magnates de los medios de comunicación, a darles publicidad, a darles dinero a raudales, no, no, no, la lección mayor es que hay que atender al pueblo. No se puede llevar a cabo una transformación sin el apoyo del pueblo.
“Cómo resistimos todos los días las lanzadas de los medios. Porque si tenemos a todos los medios en contra, con honrosas excepciones, (resistimos) porque no somos peleles de ningún grupo de potentados.”
En su conferencia matutina adelantó que sostendría un desayuno privado con su nuevo secretario de Gobernación, Adán Augusto López. Y abundó en su visión de los opositores:
“Toda su molestia la han canalizado en los medios de comunicación, han visitado la OEA y algunos nos han ido a acusar con el rey de España, pero no ha pasado a mayores, lo han hecho bien. Nosotros vamos a garantizar el derecho a disentir, no va haber ni ha habido censura. Se han portado bien. Yo siento que hemos podido salir adelante porque le tenemos amor al pueblo”.