Bucaramanga. El expresidente Andrés Pastrana, quien gobernó Colombia entre 1998 y el 2002, contó el martes su versión sobre el conflicto armado que vivió el país y la forma en que el narcotráfico permeó altas esferas de la política.
“Son muchos los intentos que han hecho (los narcotraficantes) para alcanzar el poder político total. Han financiado a los paramilitares, la guerrilla y la política”, dijo Pastrana ante la Comisión de la Verdad, un órgano extrajudicial creado para esclarecer los hechos del conflicto tras la firma del acuerdo de paz entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el 2016.
El ex presidente aseguró que los narcotraficantes alcanzaron su punto máximo en el intento de permear la política con la financiación de la campaña presidencial de Ernesto Samper, quien finalmente gobernó Colombia entre 1994 y 1998.
Pastrana le entregó a la Comisión de la Verdad una carta que aseguró está firmada por Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, quienes fueron los capos del Cartel de Cali y actualmente purgan una condena por narcotráfico en Estados Unidos, en la que “afirman que Samper sí sabía de los ingresos de dineros del narcotráfico a su campaña”, indicó Pastrana.
Dicha acusación siempre ha sido negada por Samper. En febrero de 2020, Samper dijo ante la Comisión de la Verdad que aunque acepta que a su campaña política entraron dineros del narcotráfico, él no supo de esos movimientos financieros.
“Empezaron a llegar cheques y cantidades de dinero en efectivo que nosotros entendíamos que eran el resultado de la monetización en pesos de los recursos que ya estaba comprobado que estaban recogidos en Estados Unidos. Sin embargo, los recursos que estaban ingresando eran los recursos que habían convenido los administradores de la campaña que entrarían de parte del Cartel de Cali”, dijo Samper.
Pastrana es el quinto expresidente en acudir a declarar ante la Comisión de la Verdad. Lo precedieron los exmandatarios César Gaviria, Ernesto Samper, Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe Vélez, quien declaró de manera informal debido a que no reconoce la legitimidad de la institución.