Nueva York. La disputa nacional sobre la educación pública en tiempos de pandemia provocó que el gobierno de Joe Biden anunciara ayer investigaciones a cinco gobiernos estatales para tratar de anular sus prohibiciones del uso obligatorio de cubrebocas en las escuelas públicas, parte de una pugna política en la cual conservadores han promovido el rechazo de la ciencia y las recomendaciones sanitarias ante el Covid-19, a pesar de un rebrote letal sobre todo en las entidades que ellos controlan.
El Departamento de Educación del gobierno de Biden anunció que está abriendo investigaciones de derechos civiles en cinco estados encabezados por gobiernos republicanos que han prohibido o limitado requisitos para usar cubrebocas.
El secretario de Educación, Miguel Cardona, acusó a esos estados de “poner la política por encima de la salud y la educación de los estudiantes”. Agregó que su dependencia “luchará para proteger el derecho de todo estudiante a tener acceso seguro al aprendizaje presencial”.
Los cinco estados (Utah, Iowa, Oklahoma, Carolina del Sur y Tenesi) han emitido prohibiciones diversas contra requisitos de uso de cubrebocas tanto en las escuelas como en otras entidades públicas, argumentando que el uso de mascarillas y de vacunas debería ser una decisión personal y no impuesta por las autoridades en nombre de “la libertad”.
El Departamento de Educación –el cual no controla las escuelas públicas del país, ya que están bajo la autoridad local y estatal– afirmó que está investigando si estas políticas estatales violan leyes federales para proteger a estudiantes con discapacidades, incluyendo condiciones medicas, pero en los hechos es una respuesta estratégica de Biden contra líderes republicanos que están usando a las escuelas y el retorno a clases presenciales como un campo de batalla político-electoral.
Los Centros de Control de Enfermedades (CDC) –la entidad federal encargada de epidemias– recomiendan el uso universal de cubrebocas para estudiantes, maestros y trabajadores de educación, sobre todo ante el alza de contagios por la variante delta del Covid-19, pero políticos republicanos en algunos estados han insistido en que las familias y las escuelas son las que deben decidir sus propias medidas.
Varios estados –incluidos Nueva York y California, con los sistemas de educación más grandes– requieren el uso de cubrebocas en todas sus escuelas. Más aún, la semana pasada la ciudad de Nueva York ordenó que todo trabajador de educación tiene que vacunarse (casi 150 mil trabajadores). Otros, como Florida, Texas y Arizona han rechazado tales requisitos.
El viernes pasado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, sufrió una derrota judicial cuando un juez determinó que su orden prohibiendo tales mandatos sobre cubrebocas en las escuelas era inconstitucional. En algunos estados, ciudades, maest ros y hasta grupos de padres de familia están desafiando las prohibiciones impuestas por sus gobernadores.
La administración de Biden ha emitido guías y recomendaciones para la reapertura “segura” de escuelas y otorgado algunos fondos para apoyar la implementación de medidas de mitigación de la pandemia, sobre todo la vacunación de maestros y otros trabajadores de educación y padres de familia, y la mejora de condiciones físicas como ventilación en los planteles.
Postura del magisterio
Los dos gremios nacionales del magisterio, la Federación Americana de Maestros (AFT) y la Asociación Nacional de Educación (NEA), ambas a favor de la reapertura presencial de todas las escuelas, dieron la bienvenida al anuncio del Departamento de Educación.
Ambos gremios trabajan de manera paralela con el gobierno de Biden en la implementación de medidas de mitigación al impulsar campañas de vacunación, apoyando requisitos del uso de cubrebocas y la ampliación de la capacidad para pruebas, asegurando que su prioridad máxima es la seguridad y la salud de sus millones de agremiados (la NEA tiene unos 3 millones de afiliados, la AFT 1.7 millones) y los alumnos.
“Las escuelas necesitan poder asegurar la seguridad de todos los estudiantes, educadores y sus familias. Prohibir mandatos de uso de cubrebocas contradice la ciencia, la salud pública y el sentido común… Esperamos que estos gobernadores dejen de optar por el politiqueo partidista en lugar de proteger a los estudiantes, para que podamos derrotar juntos este virus mortífero y mantener seguros la enseñanza y el aprendizaje”, declaró ayer Becky Pringle, presidenta de la NEA.
“Nuestros jóvenes necesitan estar en la escuela este otoño y permanecer en los planteles. Por eso abogamos por medidas de mitigación… como cubrebocas, distancia física, pruebas de monitoreo y mejoras en sistemas de ventilación (en las escuelas). Es inadmisible que algunos gobernadores estén prohibiendo a funcionarios requerir el uso de cubrebocas en las escuelas”, escribió recientemente Randi Weingarten, presidenta del AFT.
Es una disputa política que podría costar vidas de estudiantes y maestros.