Managua. El gobierno de Nicaragua permitió este martes que varios de los 35 opositores detenidos en los últimos tres meses, tres de ellos aspirantes a la presidencia, fueran visitados por familiares durante algunos minutos, según relataron personas que fueron autorizados para ingresar a la cárcel de El Chipote, en Managua.
Es la primera vez que el gobierno de Daniel Ortega permite tales visitas desde el 27 de mayo, cuando empezó una ola de arrestos de dirigentes políticos, profesionales y líderes estudiantes.
El abogado Oscar Téllez, hermano de la ex comandante guerrillera Dora María Téllez, de 65 años y presa desde el 13 de junio, dijo a la agencia de noticias Ap que logró conversar con ella y la encontró “muy delgada y muy pálida, porque no reciben sol más que un día a la semana”.
“Mi hermana ha perdido 12 libras de peso. No ha sido maltratada, pero tampoco está bien tratada, porque está en aislamiento total como el resto de las presas y presos políticos. No pueden verse ni conversar entre ellos”, dijo Téllez.
Agregó que la icónica exguerrillera sandinista que a los 22 años, en 1978, protagonizó un asalto armado al Palacio Nacional durante una sesión del Congreso controlado por el dictador Anastasio Somoza, “está bien de ánimo porque ella es una mujer fuerte”.
“Aunque no han recibido torturas físicas, están en aislamiento total, con una luz encendida todo el día en las celdas y sin poderse comunicar entre ellos. El aislamiento también es tortura”, afirmó Oscar Téllez.
Señaló que su hermana le contó que la comida en la cárcel “al comienzo era muy mala pero ha mejorado y ahora es aceptable” y que la policía impide el ingreso de alimentos que les llevan sus familiares. “Solo les dejan pasar agua y a veces botellitas de suero y artículos de higiene personal”, comentó.
Familiares de tres de los siete aspirantes a la presidencia detenidos en los primeros días de junio pasado confirmaron que lograron verlos durante unos minutos: Juan Sebastián Chamorro, Arturo Cruz y Félix Maradiaga. También fue visitado el abogado opositor y exvicecanciller José Pallais.
“Maradiaga vive”, tuiteó la periodista Berta Valle, esposa del politólogo que fue detenido tras manifestar que planeaba postularse como precandidato de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) para competir con Ortega en los comicios del 7 de noviembre.
Valle, quien se encuentra exiliada en Estados Unidos, y otros familiares de los encarcelados habían dicho que los consideraban “desaparecidos” y “secuestrados” por no tener noticias de su paradero ni de su situación, y en una campaña en redes sociales han exigido “que los muestren ya”.
Consuelo Cruz, hermana de Arturo Cruz, dijo a la publicación “Confidencial” que visitó al ex embajador del gobierno de Ortega en Washington (2007-2009) y que constató que ha sido tratado “correctamente”.
Por su parte, Cristian Tinoco, hija del ex vicecanciller sandinista Víctor Hugo Tinoco, declaró a The Associated Press que la familia recibió una llamada de la policía notificándoles sobre el permiso.
“Ojalá podamos verlo mañana”, dijo la oftalmóloga de 42 años, que libra una batalla contra un cáncer terminal y confía en poder abrazar a su padre en libertad.
El permiso de visitas a los opositores presos se produce días después de que al menos 10 de los 35 detenidos fueran acusados formalmente por la Fiscalía por el delito de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”, en perjuicio de la sociedad nicaragüense y el Estado de Nicaragua.
Las acusaciones ocurren cuando faltan solo dos meses para los comicios generales, en los que Ortega y su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo, buscarán la reelección como candidatos del gobernante Frente Sandinista ante cinco partidos políticos minoritarios. Ortega, próximo a cumplir 76 años, gobernó el país de 1985 a 1990, volvió al poder en 2007 y fue reelegido en 2011 y 2016.