A año y medio de que comenzó la crisis de salud a nivel global se mantiene la incertidumbre sobre el control de la pandemia. Una tercera oleada de muertes y contagios se encuentra presente y los gobiernos de diversas partes del mundo vuelven a cerrar sus fronteras.
Si programa un viaje a Europa, a Canadá o simplemente quiere cruzar la frontera por tierra entre México y Estados Unidos hay grandes restricciones. Además, si logra llegar a su destino es posible que lo aíslen algunos días y le pidan pruebas de salud y contar con la vacuna contra el coronavirus.
Ya que supere esos retos, lo que sigue es igual de indeterminado. Conciertos, congresos, museos, restaurantes y demás infraestructura y actividades que tenga contemplado pueden cancelarse de la noche a la mañana y un viaje de trabajo o de placer puede convertirse en una pesadilla.
El resultado de la crisis de salud en el sector turístico es la quiebra de todo tipo de empresas y, en especial, de las pequeñas, debido a que no cuentan con reservas para esperar mejores momentos. El cierre de establecimientos vinculados con los viajes ha traído como resultado la pérdida de millones de empleos por todo el mundo.
La mala noticia es que la crisis del sector turístico no se superará éste ni el próximo año. Una nueva oleada de contagios puede presentarse y los gobiernos reaccionarán con más restricciones para los viajeros.
En el caso del sector hotelero, lo que se espera es un proceso de nuevos cierres, fusiones y adquisiciones durante los próximos dos años y lo mismo sucederá con empresas de servicios, aerolíneas y cadenas restauranteras.
Los viajes internacionales pasaron de un crecimiento sostenido de doble dígito desde la década de los años 70 del siglo XX a una caída abrupta en el 2020. Parecía que durante 2021 el avance de las vacunas generará una situación distinta; sin embargo, las nuevas variantes muestran que no es así.
La vacunación generalizada es lo único que permitirá recuperar la confianza para la apertura de fronteras y de todos los servicios, pero el proceso será gradual y el flujo turístico se desarrollará primeramente entre países ricos, ya que son los que tienen la capacidad para adquirir las vacunas suficientes para su población.