Washington. A pesar de algunas historias de éxito de conservación de alto perfil, como el dramático regreso de las poblaciones de águilas calvas en América del Norte, las aves rapaces están en declive en el mundo.
Un nuevo análisis de datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y BirdLife International encontró que 30 por ciento de las 557 especies de rapaces en el mundo se consideran casi amenazadas, vulnerables o en peligro de extinción o crítico; 18 están en peligro crítico de extinción, incluyendo el águila filipina, el buitre encapuchado y el autillo de Annobon, encontraron los investigadores.
Otras especies están en peligro de extinguirse localmente en regiones específicas, lo que significa que es posible que ya no tengan roles críticos como principales depredadores en esos ecosistemas, señaló Gerardo Ceballos, especialista en aves del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México y coautor de un estudio publicado en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
“El águila real es el ave nacional de México, pero nos quedan muy pocas”, destacó. Un censo de 2016 estimó que sólo habían unas 100 parejas reproductoras en el país.
Las águilas arpías alguna vez estuvieron muy extendidas por el sur de México y América Central y del Sur, pero la tala y quema de árboles ha reducido drásticamente su alcance.
De las aves de presa amenazadas que están activas principalmente durante el día, incluida la mayoría de los halcones, águilas y buitres, 54 por ciento estaba disminuyendo en población, según halló el estudio. Lo mismo ocurrió con 47 por ciento de las aves rapaces nocturnas en riesgo, como los búhos.
Eso significa que “los factores que causan el declive no han sido remediados” y esas especies necesitan atención inmediata, sostuvo Jeff Johnson, biólogo de la Universidad del Norte de Texas, que no participó en el estudio.
Pérdida de hábitat, cambio climático y tóxicos
A escala mundial, las mayores amenazas para estas aves son la pérdida de hábitat, el cambio climático y las sustancias tóxicas, señaló Evan Buechley, investigador asociado del Centro Smithsoniano de Aves Migratorias y de la organización sin fines de lucro HawkWatch International que no participó en el estudio.
El insecticida DDT adelgazó las cáscaras de los huevos y diezmó las poblaciones de águilas calvas en América del Norte, lo que llevó a su prohibición en Estados Unidos en 1972. Sin embargo, Buechley explicó que persisten otras amenazas, incluidos los pesticidas para roedores, el plomo en las balas y perdigones de los cazadores. Muchas aves rapaces se alimentan de roedores y animales muertos.
El cóndor andino está disminuyendo debido a la exposición a pesticidas, plomo y otras sustancias tóxicas, indicó Sergio Lambertucci, biólogo de la Universidad Nacional del Comahue en Argentina.
El uso generalizado de un fármaco antinflamatorio en el ganado provocó la rápida disminución de los buitres en el sur de Asia. Las aves murieron después de comer cadáveres, lo que redujo la población de algunas especies 95 por ciento en las décadas pasadas.
En el este de Asia, muchas especies de rapaces son migrantes de larga distancia: se reproducen en el norte de China, Mongolia o Rusia y viajan por la costa este china para pasar los veranos en el sudeste asiático o India.
“Ciertas áreas de la costa verán de 30 a 40 especies durante el pico de migración”, resaltó Yang Liu, ecologista de la Universidad Sun Yat-Sen en Guangzhou, que no participó en el estudio.
Sin embargo, el este de China es también la parte más poblada y urbana del país, con fuertes presiones de desarrollo. “Es importante proteger los lugares que son cuellos de botella para la migración, por los que pasan miles de aves”, precisó.
De los 4 mil 200 sitios identificados por los grupos conservacionistas como críticos para las especies de aves de rapiña en el mundo, la mayoría “están desprotegidos o cubiertos sólo en parte por áreas protegidas”, concluyó Stuart Butchart, científico jefe de BirdLife International en el Reino Unido.
Un estudio de 2018 publicado en la revista Biological Conservation encontró que 52 por ciento de todas las especies de rapaces en el mundo están disminuyendo en población.
De las 557 especies de aves de presa del mundo, 166 (30 por ciento) están en creciente riesgo de extinción debido a actividades humanas, según hallazgos de nuevo análisis. Vía Graphic News.