Spa-Francorchamps., Fue un día que será recordado por lo tempestivo, la larga espera para iniciar y la brevedad, ayer ocurrió la carrera más corta de la historia de Fórmula Uno. Una lluvia inclemente, tarde gris de mucho viento y poca visibilidad, el Gran Premio de Bélgica apenas tuvo un par de vueltas, la cuota mínima para darla por válida, y fue terminada para repartir la mitad de los puntos que estaban en disputa. Era imposible competir en esas condiciones climáticas. Era eso o la cancelación.
El circuito de Spa sorprendió con cinco horas de incesante lluvia que truncó el inicio programado para las tres de la tarde. El retraso de tres horas trajo, sin embargo, un ensayo de uno a uno por la pista mojada y con poca visibilidad que no mejoró pese a la espera.
Después de liderar dos vueltas detrás del coche de seguridad, el holandés Max Verstappen de Red Bull fue declarado campeón. Su compañero de equipo, Sergio Pérez, sufrió un choque en el calentamiento previo, pero el retraso le permitió hacer reparaciones y entrar en ese fragmento de carrera para terminar en el último puesto. En otras condiciones, el mexicano habría abandonado.
Verstappen fue vencedor por sexta vez esta temporada y sumó 12.5 puntos para quedarse a tres del líder del Mundial, Lewis Hamilton (Mercedes), quien quedó tercero.
El también británico George Russell fue segundo, dando el primer podio a Williams, además de nueve puntos. Las posiciones las marcó la parrilla de salida confeccionada el día anterior, clave este domingo en la carrera más corta de la historia de la Fórmula 1. El panorama no invitaba a un final feliz, aunque mucha afición congregada en Spa no perdió la esperanza bajo la lluvia.
El choque de Sergio Pérez ocurrió antes del inicio programado a las tres de la tarde, durante las vueltas de calentamiento y ese fue el primer aviso de que las cosas no marchaban bien para nadie. La bandera roja parecía cosa de minutos; media hora después trajo una suspensión de tres horas, durante las cuales la visibilidad siguió siendo nula, y se reanudó para un desenlace bastante artificial.
“Es una pena no dar más vueltas, pero las condiciones eran delicadas”, estimó Verstappen; “el mérito es de los aficionados que aguantaron en el circuito todo el día bajo lluvia, con el frío y el viento. Son los grandes ganadores hoy”.
“Espero que le devuelvan el dinero a los aficionados”, afirmó Hamilton.
“Estoy un poco confundido, ¿por qué reanudar la carrera cuando durante la pausa la meteorología no había mejorado?”, se preguntó.
“Es bastante horrible. No llega a ver el monoplaza que está delante de mí y hay aquaplaning (imposibilidad de control del vehículo sobre pista mojada)”, estimó el británico Lando Norris, de McLaren.
A falta de una carrera de verdad, las imágenes de televisión filmaron durante la tarde a los espectadores en la grada, que pasaban el tiempo entre hot-dogs y papas fritas.
Algunos empleados del circuito se divertían incluso jugando a la petanca al borde de la pista. Fue casi el único deporte que se pudo ver este domingo en Spa-Francorchamps.