El uso de criptomonedas comenzó a extenderse en Centroamérica y el Caribe, en medio de una fiebre que se está empezando a desatar por los activos virtuales, a raíz de la implantación del bitcóin como moneda de curso legal en El Salvador.
Aparecidas en 2009 en el mundo, estas criptomonedas o criptoactivos son una suerte de dinero digital, sin existencia física y que no tienen respaldo ni en oro ni en instituciones bancarias de los países, es decir, no pueden en su conjunto ser controladas por ningún país o banco emisor.
En junio pasado, el país centroamericano se convirtió en la primera nación del mundo en adoptar el bitcóin como moneda de uso legal, cuya medida entrará el próximo 7 de septiembre, luego que el presidente Nayib Bukele destacó el potencial de la criptomoneda como canal de remesas.
En El Salvador una quinta parte del producto interno bruto (PIB) en 2019 estuvo vinculada al dinero enviado por los trabajadores en el extranjero, según el Banco Mundial.
Cuba reconoció esta semana las criptomonedas como un valor para pagos o intercambios. El Banco Central (BCC) regulará las operaciones de los activos y otorgará licencias para proveedores de servicios que operen estas monedas, según una resolución publicada el pasado jueves y que entrará en vigor el próximo 15 de septiembre.
En mayo pasado, el presidente Miguel Díaz-Canel dijo que su gobierno analizaba “la conveniencia” del uso de las criptomonedas en las operaciones económicas del país, cuyo PIB se desplomó 11 por ciento en 2020, debido al recrudecimiento del embargo de Estados Unidos y el impacto de la pandemia del Covid-19.
Con las restricciones de viaje por la pandemia y el endurecimiento de las sanciones económicas de Washington, cada vez se complica más el envío de recursos para las familias, por lo que muchos cubanos apelan a las criptomonedas para garantizar que el dinero llegue a sus parientes en la isla.
Según cálculos extraoficiales, en la isla existe una comunidad de 10 mil cubanos que usan bitcoines, pero también son populares ethereum, litecoin y USDT.
En Honduras esta semana fue inaugurado el primer cajero automático de criptomonedas. En una exclusiva torre de negocios de la capital Tegucigalpa se ubica “la bitcoinera”, un cajero automático que desde el martes permite adquirir las criptomonedas más usadas, bitcóin y ethereum, con lempiras –la moneda local– y está manejado por TGU Consulting Group, del hondureño Juan Mayén, un joven de 28 años de edad, que estudió en Estados Unidos.
Por el momento, en “la bitcoinera” sólo se pueden adquirir las criptomonedas. En un futuro también se podrá venderlas y, de acuerdo a la recepción, instalarán más unidades en los próximos meses, dijo Mayén.
En Panamá recientemente se presentó ante el Congreso un proyecto de ley para regular el uso del bitcóin en el istmo y que se le considere moneda de curso legal.