Tuxtla Gutiérrez, Chis., Aún no eran las seis de la mañana. El presidente Andrés Manuel López Obrador se disponía, a bordo de su camioneta, a ingresar a las instalaciones de la séptima Región Militar, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, como la primera escala de una gira por la entidad organizada para este fin de semana.
Cuando el mandatario estaba próximo a entrar, los contados manifestantes que aguardaban en el sitio se convirtieron en varias decenas y luego en algunos cientos. La mayoría integrantes de las secciones 7 y 40 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se apresuraron a cerrarle el paso en protesta por distintos temas denunciados por el magisterio chiapaneco.
Sin aceptar abrir el camino por más de dos horas, impidieron que el Presidente pudiera llegar a su junta de seguridad diaria y la posterior mañanera en la que ofrece un balance ante representantes de medios de comunicación.
Dentro de un hermético cuartel militar, los reporteros que aguardaban ingresar al espacio destinado ayer para ello, quedaron prácticamente aislados de lo que acontecía en las calles. Fue la misma CNTE la que se encargó de difundir su protesta en redes sociales. Enseguida, para las consignas, pasaron del megáfono a un audio con micrófono.
En un primer instante el jefe del Ejecutivo, quien viajaba como siempre en el asiento del copiloto, bajó la ventanilla para escuchar las peticiones y pedir paso, ya que, explicaba, debía llegar a la junta de seguridad, en la que sus secretarios le exponen el parte en la materia del día anterior. Ante la insistencia, señaló visiblemente molesto: “sí, pero así, no”. Los docentes replicaban que “van 18 mesas, usted dice algo y en Chiapas se dice otra”.
Entonces el Presidente pidió: “déjenme pasar, me respetan y luego hablamos”. Luego dejó en claro que no caería en chantajes y permaneció en su camioneta “en protesta”, dijo, para que grupos de este tipo no se excedan.
Casi dos horas después, ya con la conferencia avanzada –de la cual se encargó en primera instancia el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, secundado por la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, y los titulares de Marina y Defensa Nacional–, emitió un mensaje en video con su celular que fue parte de la transmisión de la mañanera.
“Esto no lo puedo permitir porque no puede el Presidente de México ser rehén de nadie. Hemos atendido a maestros de México y los vamos a seguir atendiendo”, indicó.
Además de tener mayor cantidad de encuentros con la CNTE que con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, agregó que en las dirigencias en Chiapas y Michoacán “hay intereses creados”.
“Por la dignidad de la investidura presidencial no puedo someterme a chantajes de nadie, yo no establezco relaciones de complicidad mafiosas con ningún grupo de interés creado”, sentenció.
Les ofreció diálogo mediante la secretaria de Educación y recordó que los maestros despedidos con la reforma educativa del sexenio pasado fueron reinstalados en su administración.
Más tarde, expresó: “Muchos dirigentes, hasta los de hoy, no saben lo que es encabezar protestas y dormir con la gente, son como los de Frena”, cuyos líderes optaban por pernoctar en hoteles. Los definió como “dirigentes nylon”.
Reclamó que la actitud de los docentes no son buenos modos y atajó que pasar dos horas dentro de un vehículo no es nada comparado con las caminatas que hizo de Tabasco a la Ciudad de México en dos ocasiones.
A las 8:13, cuando concluyó la conferencia, el Presidente dio la orden de avanzar, y ya sin presencia de integrantes del magisterio ingresó a las instalaciones militares.
Minutos antes, los docentes expresaron en el micrófono: “Compañeras y compañeros, con toda la disciplina que nos caracteriza vamos a replegarnos al otro camellón, al otro carril, el objetivo que nos hemos trazado ha sido cumplido, pero seguiremos demandando, Presidente, la CNTE tiene voluntad política de negociar”. Tras el canto de “venceremos, venceremos”, acordaron dejar libre el paso.