“Esto es peor que la muerte”; “no deberíamos estar aquí, no debería existir ninguna persona desaparecida; no debería haber madres buscando, no deberíamos estar con una pala o con machete. Las desapariciones son una aterradora realidad” y han hecho que “convirtamos el miedo en coraje: somos unas guerreras”, dijeron mujeres rastreadoras.
En la inauguración de la muestra fotográfica Estos rostros que ves. Mujeres que buscan, en la Casa Miguel Alemán del Centro Cultural Los Pinos, la calificaron de “histórica”, pues se lleva a cabo en un lugar donde vivieron mandatarios que fueron indiferentes a sus reclamos y que tomaron decisiones que contribuyeron al dolor.
Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, aseguró que la “prioridad” del gobierno es “acabar con la violencia y la práctica de la desaparición”, la cual “se transfirió del Estado a la delincuencia organizada”.
A las puertas de la casa en la que vivieron ex presidentes como Gustavo Díaz Ordaz, Luís Echeverría y Felipe Calderón, las mujeres buscadoras criticaron que desde ese espacio se les hicieron “promesas”, hubo “indiferencia” y “omisiones”, que llevaron a que haya más de 91 mil desaparecidos en el país.
Encinas les expuso que el gobierno tiene como obligación constitucional “garantizar la seguridad de las personas y el derecho a la verdad, a la justicia y a la no repetición”.
Valentina Peralta, coordinadora de la Red Eslabones por los Derechos Humanos, reconoció que “ahora es diferente”, en relación a la actitud del gobierno, pero advirtió que “tampoco hay que ser autocomplacientes (…) sin guayabazos, sabemos que se están haciendo cosas, pero falta mucho”.
En vísperas del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas (30 de agosto), Mirna Medina Quiñones, fundadora de la Familia de las Rastreadoras de El Fuerte, de Sinaloa, llamó a “luchar por la no repetición”.
Habló del recetario de sus familiares no encontrados. “Tenemos un recetario; hacemos la comida que le gustaba a nuestro tesoro desaparecido; quién no llora al recordar la comida favorita de su familiar desaparecido... Cuando estás cocinando algo que les gustaba a ellos, y dices ojalá algún día vuelva y pueda degustar esto”.
A su vez, Aracely Salcedo Jiménez, titular de Familias Desaparecidos Orizaba-Córdoba aseguró que las cifras de víctimas no son sólo números, “porque cuando alguien es desaparecido, una familia queda mutilada” y exigió que se “deje de criminalizarlos y a sus familiares”.
“Este fue un espacio habitado por gobernantes indiferentes ante las desapariciones, por eso es histórico que la exposición esté en este lugar (Los Pinos)”.
Encinas coincidió en que es “muy emblemático realizar este evento en este lugar. La casa, que fue el asentamiento del poder del viejo régimen, aquí se tomaron decisiones que hicieron gravísimos daño”, y citó la guerra sucia y “la mal llamada guerra contra el narcotráfico que Calderón, y posteriormente Peña Nieto, con una gran simulación, asumieron”.