La Habana. Cuba, que hasta el momento había aplicado exclusivamente vacunas contra el Covid-19 desarrollada de forma local, comenzará también a usar la china Sinopharm, en su intento por combatir uno de los peores brotes de coronavirus en el mundo.
Las autoridades de salud aplicarán a partir de mañana domingo dos dosis de Sinopharm combinadas con un refuerzo de la cubana Soberana Plus en la provincia de Cienfuegos, informó Vicente Vérez, director del Instituto Finlay de Vacunas, según declaraciones recogidas por el medio estatal 5 de Septiembre.
La eficacia de la combinación de vacunas está por encima de 90 por ciento, según el medio, que no entregó detalles la procedencia de los datos o si el regulador de medicamentos de Cuba había autorizado el uso de la vacuna china.
La Organización Mundial de la Salud dio la aprobación de emergencia a Sinopharm en mayo.
A principios de mes, las autoridades sanitarias locales habían dicho que para septiembre podrían producir suficientes vacunas para el país. No explicaron las causas para administrar una vacuna extranjera.
"Parece obvio que la decisión de aplicar Sinopharm en Cienfuegos está asociada a la limitada disponibilidad de vacunas cubanas y a la urgencia que genera la explosión de casos", dijo el virólogo cubano Amilcar Pérez Riverol, radicado en Brasil.
El Ministerio de Salud Pública había dicho en mayo que el plan era que para agosto 70 por ciento de la población estuviera vacunada, pero a la fecha sólo 30 por ciento estaría con todas las dosis, según Pérez Riverol, que se ha convertido en un gurú del análisis de datos cubano de coronavirus, en Facebook.
Las cifras de casos del coronavirus en Cuba se cuentan entre las más altas del mundo, lo que está abrumando su aclamado sistema de salud gratuito, que se centra en gran medida en la prevención y la atención primaria.
El brote se produce en medio de una escasez de productos básicos, incluidos medicamentos, lo que ha alimentado la ira contra el gobierno, lo que llevó el mes pasado a protestas sin precedentes a nivel nacional.
Las autoridades cubanas han elogiado las donaciones de equipos médicos y alimentos provenientes de aliados como China, aunque no estaba claro si las vacunas han sido donadas o compradas.
¿Demasiado tarde?
Críticos del gobierno instaron durante mucho tiempo a adquirir vacunas extranjeras en lugar de depender simplemente de las desarrolladas a nivel local, acusando a la cúpula e anteponer el prestigio y la buena imagen a las preocupaciones por la salud.
Autoridades dijeron que preferían concentrar los escasos recursos en el desarrollo y la producción de vacunas que en las importaciones.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el mes pasado que su país estaba preparado para enviar vacunas a Cuba si se le aseguraba que una organización internacional las administraría.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, replicó que si Estados Unidos se preocupara por la situación humanitaria de la isla levantaría las sanciones estadounidenses que acusan, entre otras cosas, de ralentizar la producción de vacunas propias.
Cuba ha desarrollado un sector biotecnológico inusualmente grande para un país de su tamaño, en parte en una apuesta por la soberanía debido al agobiante embargo comercial de Estados Unidos desde hace décadas.
Es el único país latinoamericano que ha completado el desarrollo de dos vacunas contra el coronavirus -Soberana 02 y Abdala-, que han despertado el interés de naciones de todo el mundo, desde Jamaica y México hasta Vietnam y Argentina.
Cuba ha dicho que las vacunas, con tres dosis, tienen una eficacia de más de 90 por ciento aunque los datos no se han publicado aún en revistas especializadas. Ha autorizado ambas para uso de emergencia.