Washington. Estados Unidos lanzó un ataque con drones contra posiciones del Estado Islámico (EI) en Afganistán, a menos de 48 horas del devastador atentado suicida en el aeropuerto de Kabul que mató al menos a 169 afganos, 13 soldados estadunidenses y tres civiles británicos.
Washington advirtió a sus ciudadanos que abandonen inmediatamente las puertas del aeropuerto de Kabul.
El comando central del Pentágono aseguró que el ataque estadunidense con drones se ejecutó contra un miembro del EI, particularmente del Isis-K, en Nanghar, quien se cree estaba involucrado en la planeación de más ataques contra tropas estadunidenses en Kabul. El vocero militar, William Urban, informó que el ataque mató a un individuo y no hubo víctimas civiles.
No se aclaró si dicho individuo estuvo específicamente involucrado con los atentados del jueves en el aeropuerto de Kabul, donde multitudes de afganos se reunieron para tratar de huir del país en los vuelos que organizaron diferentes países para sacar a sus compatriotas y a sus colaboradores afganos del país, ahora gobernado por el Talibán.
Con el ataque aéreo se cumplió la promesa que hizo el jueves el presidente Joe Biden, quien aseguró que los autores del atentado no podrían esconderse, que serían “cazados” y se les haría “pagar”.
De acuerdo con un despacho de la agencia de noticias Ap, la cifra de decesos por el ataque del jueves en Afganistán podría aumentar a medida que las autoridades examinen los restos. El diario New York Times reportó, citando a fuentes de salud afganas, que se ha atendido a 200 lesionados.
Comandantes del Pentágono reiteraron ayer que estaban preparados para ejecutar cualquier acción que Biden ordenara. “Tenemos opciones en este momento”, indicó el mayor general William Hank Taylor, alto comandante del Pentágono.
Amenazas a labores de evacuación
Las misiones de evacuación en Afganistán todavía enfrentan “amenazas específicas y creíbles” de más atentados, incluso antes del próximo martes, fecha límite para la salida militar de Estados Unidos, señaló el Pentágono también ayer.
John Kirby, vocero del Departamento de Defensa, señaló en conferencia de prensa que hay 5 mil 400 personas en espera de su salida en la terminal aérea, y destacó que en 24 horas, a pesar del ataque, se logró evacuar a 12 mil 500 personas en un total de 89 vuelos estadunidenses y de la coalición internacional de Kabul. Más de 100 mil han logrado salir.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, informó que el equipo de seguridad estadunidense advirtió al presidente Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris “que es probable un nuevo ataque terrorista en Kabul, pero que están tomando las máximas precauciones en el aeropuerto”.
Kirby negó que los talibanes hayan tomado el control de alguna parte del aeropuerto Hamid Karzai, horas después de que un vocero talibán, Bilal Karimi, tuiteó que controlaban “tres importantes sitios” de la zona. “No están a cargo de ninguna de las puertas, no están a cargo de ninguna de las operaciones del aeropuerto. Eso todavía está bajo el control militar”.
Funcionarios militares estadunidenses dijeron que se cerraron algunas puertas y se aplicaron otras medidas de seguridad, además de que había restricciones más estrictas en los puestos de control de los talibanes y menos gente alrededor de las puertas. Pidieron a los insurgentes que cerraran ciertos caminos debido a la posibilidad de que hubiera terroristas suicidas en vehículos.
El Pentágono señaló que el aeropuerto ya contaba con defensas contra los ataques con cohetes, y añadió que mantendría los vuelos tripulados y no tripulados sobre la terminal para su vigilancia y protección, incluyendo el uso de aviones de ataque a tierra con armamento pesado AC-130.
Francia, España, Italia, Noruega, Suiza y Australia anunciaron que terminaron sus operaciones en la zona, mientras Gran Bretaña lo hará “en pocas horas”. Representantes talibanes reiteraron, durante su primera reunión con una delegación francesa en Qatar, su disposición para permitir que todos los afganos con documentos “legales” puedan salir de Afganistán una vez que se hayan ido las fuerzas internacionales.
Turquía inició conversaciones con los talibanes en Kabul y estudia la propuesta de los yihadistas de encargarse de la gestión del aeropuerto tras la retirada de las tropas extranjeras, anunció el presidente Recep Tayyip Erdogan.
Así, Estados Unidos asumirá en solitario la tensa misión de concluir la mayor operación de evacuación de la historia de aquí al 31 de agosto, fecha elegida por Biden para cerrar 20 años de presencia militar en el país. Los próximos días “serán nuestro periodo más peligroso hasta la fecha”, declaró Psaki ante periodistas.
La Alta Comisión de las Naciones Unidas para los Refugiados calcula que, “en el peor de los casos”, podría haber medio millón de refugiados más saliendo de la nación centroasiática para finales del año.
Los talibanes han pedido a Estados Unidos mantener una presencia diplomática en Kabul tras la retirada de sus tropas, pero Washington aún no decide sobre sus planes, dijeron funcionarios estadunidenses. Psaki descartó cualquier posibilidad de reconocimiento rápido de un gobierno talibán y dijo que aún no decidió si mantendrá una presencia diplomática.
Una sola explosión
Luego de que salieron a la luz escasos detalles sobre el ataque del jueves, el Pentágono corrigió su informe inicial de que hubo dos ataques suicidas. Hubo uno solo, dijo, en o cerca de la puerta Abbey seguido de disparos.
El informe inicial de un segundo ataque con bomba en el vecino hotel The Baron resultó ser falso, detalló el mayor general Hank Taylor, del Estado Mayor Conjunto, y atribuyó el error a la confusión inicial. Pero muchos testigos informaron haber escuchado dos explosiones.
Biden, al reunirse en la Casa Blanca con el nuevo primer ministro israelí, Naftali Bennett, expresó: “Mi corazón está con todos los que hemos perdido”, mientras los republicanos piden su “renuncia” o “destitución por la tragedia”.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas instó a la comunidad internacional a llevar ante la justicia a los autores del atentado, al tiempo que Rusia, China, Corea del Sur y el Unicef se sumaron a las condenas internacionales por los ataques.