Guadalajara, Jal., La escritora Diamela Eltit (Santiago de Chile, 1949) fue la ganadora del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romance 2021, decisión que la galardonada calificó de “asombrosa, inesperada y emocionante”, porque ella estaba en México en 1991 y fungió de intermediaria para que la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara contactara a su paisano Nicanor Parra, primer ganador del entonces Premio Juan Rulfo.
“Es un reconocimiento muy emocionante; yo estaba en México después de haber salido por primera vez del país luego de una larga dictadura, en la que estuve 17 años, y mi primera salida fue hacia México; ya lo he dicho: tengo un átomo mexicano. Tuve la suerte de convivir con Margo Glantz y Elena Poniatowska de manera muy cercana”, refirió.
Afirmó que estar en este país fue liberador tras vivir largo tiempo bajo la dictadura de Augusto Pinochet, con un gobierno en el cual era imposible salir de noche, en el que imperaban la censura y el espionaje.
“Llegué y no podía creer lo que veía; salir de la penumbra a una luz que ya había olvidado: se podía hablar, no tener miedo de sentarte al lado de alguien... Fue algo muy reparador, por eso me quedé con un átomo mexicano”, agregó.
Feminismo y desigualdad
Sobre la situación que impera en Chile en la actualidad dijo que en estos momentos está siendo convocado todo lo que tiene que ver con la pluralidad y la diversidad, pero que “no se trata de precipitarse sobre este momento, porque se está escribiendo y se va a escribir durante muchos años.
“No es necesario apropiarse literariamente de todo, está transcurriendo, es un momento auspicioso, pero como todo momento auspicioso está amenazado”, explicó.
Recordó que el feminismo chileno empezó desde el siglo XIX, y “siempre ha tenido momentos intensos con preguntas muy críticas”; por ejemplo, en 1935, cuando ya se hablaba del derecho al aborto, y hoy, casi un siglo después, en Chile no existe el aborto libre, continúa la ruta desigual para las mujeres porque a pesar de que “la convención es paritaria, el país no; tenemos que ser muy cautos y pensar finamente que se trata de una tarea larga; es la búsqueda de equidad, lo que no es simple en mundos que han sido siempre inequitativos”.
Se reafirmó robusta en su compromiso literario, porque se siente igual que cuando escribió su primer novela (Lumpérica, 1983), viendo al texto como desafío y, por tanto, “un terreno de incertidumbre” que, a la vez, es un espacio de libertad, de plenitud, de “poder salir de la vida cotidiana e ingresar a ese territorio abierto”.
Edición presencial con restricciones
En conferencia de prensa virtual, al anunciar el premio FIL dotado con 150 mil dólares, el presidente del encuentro, Raúl Padilla, informó que fueron recibidas 71 candidaturas con 57 autores postulados de 17 países y siete idiomas.
También anticipó que el galardón será entregado en el acto inaugural de la FIL Guadalajara el 27 de noviembre próximo, que será presencial, aunque con restricciones de aforo con el fin de evitar las aglomeraciones que caracterizan a la exitosa feria, considerada la más importante en lengua española.
Lorena Amaro Castro, vocera del jurado, dijo que Diamela Eltit fue designada ganadora “por la profundidad de su escritura única que renueva la reflexión sobre la literatura, el lenguaje y el poder en el cambio de siglo, una voz trazada con los cuestionamientos más urgentes de la época contemporánea, en tiempos de pandemia, migraciones, depredación y devastación ambientales”.
El jurado fue integrado además de Amaro, de Chile, por Marco Belpoliti, de Italia; María Eunice Moreira, de Brasil; Rafael Olea Franco, de México; Javier Rodríguez Marcos, de España, y Oana Sabo y Simona Sora, de Rumania.
“Su trayectoria trasciende las convenciones literarias para dialogar con la visualidad, la crítica, el feminismo, el sicoanálisis y las teorías contemporáneas poshumanistas”, agrega el fallo, que fue unánime.
La obra de Eltit, “constituida por novelas, ensayos y crónicas, como Lumpérica (1983), Por la Patria (1986), El cuarto mundo (1988), Impuesto a la carne (2010) o Sumar (2018), da lugar a subjetividades e historias hilvanadas por la resistencia, la marginalidad y el olvido, donde rescata, lúcidamente, las posibilidades de una nueva humanidad”.
La chilena se une así a escritores que antes han recibido el premio en las 30 ediciones anteriores, entre ellos Juan José Arreola, Eliseo Diego, Nélida Piñón, Augusto Monterroso, Juan Marsé, Olga Orozco, Sergio Pitol, Juan Gelman, Rubem Fonseca, Juan Goytisolo, Carlos Monsiváis, Fernando del Paso, António Lobo Antunes, Margo Glantz, Enrique Vila-Matas, Ida Vitale y Lídia Jorge (2020).