París. Horas antes que los talibanes tomaran el control de Kabul, la cineasta Shahrbanoo Sadat recibió una oferta para abandonar Afganistán. Ella declinó, ya que significaría dejar atrás a su familia.
Al día siguiente fue al banco.
“(De repente) vimos coches talibanes con banderas blancas (...) y (...) huimos”, dijo Sadat a Reuters en una entrevista. “Y eso fue para mí como un momento de una película que no podía ser real porque estaba en medio de Kabul”.
Acompañada por nueve miembros de su familia, Sadat, cuyo primer largometraje Wolf and Sheep ganó el premio principal de la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes en 2016, se dirigió finalmente al aeropuerto de Kabul. Llegaron a París a principios de esta semana.
“Tuve suerte, pero esta no es la situación de mucha gente”, mencionó, refiriéndose a las multitudes varadas en el aeropuerto. “No hablan inglés, no son cineastas, no tienen amigos fuera del país y su vida corre peligro”.
Escenas caóticas
Sadat señaló que pasaron 72 horas desde que salió de su apartamento hasta que llegó a contactar a las tropas francesas en el aeropuerto de Kabul, donde pasó una noche antes de volar a Abu Dabi.
Describió escenas caóticas mientras hacía fila en el exterior del aeropuerto.
“(Los talibanes) querían (hacer que la gente hiciera fila), lo cual era imposible porque la multitud empujaba desde todas las direcciones y los talibanes caminaban con cables y con armas e incluso con (una) granada propulsada por cohete”, indicó.
Sadat, que nació en Irán y se trasladó a Afganistán en diciembre de 2001, estaba trabajando en una comedia romántica antes de huir. “Tengo todo tipo de sentimientos encontrados. (...) No entiendo esto. Todo ha sido tan repentino y tan rápido”, expuso.
“Quiero seguir haciendo películas, pero tal vez mi punto de vista haya cambiado. (...) El asunto político me desplazó, así que ya no puedo ignorarlo porque me duele”.