El caso de Ricardo Anaya tiene que ver con la corrupción que imperó en el periodo neoliberal, aseveró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
No obstante, dijo que el panista debe aclarar si recibió dinero de Emilio Lozoya, director de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el sexenio pasado, porque “todos los escándalos estos que hay del señor Anaya tienen que ver con Pemex, porque se sacaba dinero de Pemex para comprar votos de legisladores, que ahora son opositores, les pagaban para que votaran a favor de la privatización del petróleo”.
El Presidente introdujo el tema otra vez en la conferencia de prensa matutina, ahora cuando hablaba del rescate a Pemex y la campaña que hay entre diversos grupos para desacreditar proyectos como la construcción de la refinería Dos Bocas. Uno de estos canales fue una caricatura, momento en el cual el mandatario recordó a Helguera, fallecido hace dos meses.
“No olvidamos a nuestro gran caricaturista Antonio Helguera (con sus trabajos) de lo mejor”, expresó.
Luego, al proseguir con el tema de Anaya, reconoció que algunas personas consideran que ya no debería darle cabida porque –según esa percepción– lo eleva y lo posiciona como “el gran dirigente opositor” para 2024.
Sin embargo, López Obrador insistió en que todo esto tiene que ver con la corrupción del periodo neoliberal y de sus herederos.
“Anaya es alumno de quienes empezaron con Salinas de Gortari, con toda la política de pillaje. “¿Quién es el maestro de Anaya? Esto para los jóvenes y también para los que no saben... Bueno, uno de los maestros de Anaya pues es Fernández de Cevallos. Con Diego se entiende Salinas y es cuando (1988-1994) inician las privatizaciones”.
Ahora que lo citan a declarar –agregó– “se le hace fácil al señor decir ‘me está persiguiendo el Presidente’. Qué tengo qué ver yo con esta historia? Nada ¡Lo único que he hecho yo es denunciarlos siempre!”, expresó. El mandatario dijo que lo importante del episodio es asegurar la no repetición de esas historias que dan vergüenza.
En la conferencia hizo una relatoría de las acciones de Fernández de Cevallos y su trayectoria de “contubernios y complicidades” con el PRI; habló de la forma en que el panista se acercó y avaló a los gobiernos del tricolor, desde su posición como legislador, y como se formó, desde 1988, la alianza “PRIAN”.
En la contienda de 1994, Diego gana el debate porque es “parlamentario, leguleyo”, apantalla y se va a las nubes su popularidad y todos “¡Diego, Diego, Diego!”.
“¿Qué creen que hace el señor? Desaparece, se esconde un mes” y Zedillo triunfa. Para entonces se sabía que había recibido unos terrenos en Acapulco llamados Punta Diamante, de manos de José Francisco Ruiz Massieu. Luego gana Zedillo y le entrega al PAN la Procuraduría General de la República a un alumno de Diego, Antonio Lozano.
López Obrador equiparó la cercanía de Fernández de Cevallos y de Anaya con el presidente priísta en turno. Por ello la importancia de aclarar, advirtió, de no repetición de esas historias que avergüenzan.
Por otro lado, reiteró que no da órdenes a la Fiscalía General y manifestó su confianza al fiscal Alejandro Gertz, así como al ministro presidente Arturo Zaldívar; no así a los otros ministros y tampoco a los jueces.