Ciudad de México. Reconocer y difundir la trayectoria del pintor Roger von Gunten, exponente de la generación de la Ruptura, es la finalidad de la retrospectiva Un camino recorrido, cuya apertura se realizó este jueves en el Museo Nacional de la Estampa (Munae).
La muestra reúne 58 piezas creadas por el artista entre 1961 y 2016, entre las que destacan estampas, libros y carpetas que se caracterizan por el dominio del dibujo, la figuración, el ensamblado de áreas, el manejo del color, así como la presencia frecuente de la figura femenina y elementos de la naturaleza.
“A mis 88 años estoy muy contento de que en plena pandemia de Covid-19 se realice está iniciativa cultural. Es emocionante ver juntas tantas obras que hecho. Sin embargo, no pude acudir de manera presencial al recinto por obvias razones. Echo de menos el contacto humano”, explicó Roger von Gunten vía telefónica con La Jornada.
“Es triste apreciar cómo un virus puede perjudicar varios sectores, entre ellos el cultural. Pero es más alentador saber que la reapertura de museos arroja un nuevo porvenir. Esta retrospectiva tiene un sentido de irrealidad: el espectador puede contemplar, en el mismo lugar y al mismo tiempo, piezas que se han hecho a lo largo de tantos años.
“Me ha sido fácil mantener vigente la llama de la creatividad y la pasión por el arte porque desde muy joven descubrí a mi musa atemporal. Confieso que en estos tiempos la inspiración tarda un poco más en llegar, pero al fin reaparece.”
Simbiosis entre autor y espectador
Originario de Zurich, Suiza, 1933 y naturalizado mexicano en 1980, Von Gunten llegó a finales de la década de los años 50, cuando comenzaba a fraguarse el movimiento de la Ruptura, el cual dio cabida a creadores que querían distanciarse del arte canónico de la época, como José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, Lilia Carrillo, Fernando García Ponce y Vicente Rojo.
De acuerdo con el pintor y escultor, en Un camino recorrido, el espectador apreciará el color, la forma y la factura, elementos visuales que son imprescindibles para hacer una imagen y que, según su analogía, se asemeja a la música, en la que debe existir la melodía, la armonía y el ritmo.
“Una obra abstracta representa estructuras visuales, así como la música recrea estructuras sonoras que nuestro espíritu puede captar, como tonos bajos y altos, e incluso algo orgánico. En todas las disciplinas culturales hay una simbiosis entre el autor y el espectador. Aunque, sin duda alguna, éste último debe hacer uso de su imaginación.
“Lo que importa en la pintura es dividir una superficie de forma estética-agradable. En la actualidad, se nos invade con miles de imágenes, más virtuales. La cuestión es que siento que se ha perdido un poco el sentido de contemplación. Algunos espectadores permanecen intactos y se rehúsan a entrar (en sentido metafórico) en una imagen. Puede que veamos tantas, pero éstas no ‘sólo piden algo; al contrario, lo exigen’.
“Es bueno tener cierto conocimiento de las artes visuales, pero también es asombroso como éstas deleitan incluso a los niños, que aprecian su valor y belleza con sólo ver un color, forma y factura. Un pintor se alegra cuando los demás logran valorar esto, cuando existe un eco creativo.
“No olvidemos que además de creador, también soy espectador: escucho música, veo cuadros y leo libros. Valoro el ímpetu y la pasión de otros colegas. Atesoro las obras de calidad e imagino su proceso creativo.”
Por su parte, Emilio Payán, director del Munae, consideró un honor exhibir la producción de Roger von Gunten, hombre que lucha a través de su trabajo por hermanar sin ataduras la pasión del arte gráfico.
“Creo que cada obra de von Gunten es un sueño, un sueño de justicia por la conservación de la naturaleza. Roger estudió el color y, a partir de ahí, surgen transparencias y tonalidades nunca vistas. Esta exposición, celebra los colores y narra con hechos plásticos los propios testimonios del artista, quien posee el dominio de varias técnicas como aguafuerte, aguatinta, litografía y serigrafía.”
Payán presidió una charla virtual a través de Zoom, acompañado por el protagonista de la muestra, así como por su hijo Ives von Gunten, y Mariana Munguía, coordinadora nacional de Artes Visuales del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Con apego a las ya conocidas medidas sanitarias, Un camino recorrido podrá visitarse de manera presencial de martes a domingo de 11 a 17 horas en el Museo Nacional de la Estampa (avenida Hidalgo 39, colonia Centro Histórico). El costo del boleto es de 55 pesos, con entrada libre los domingos.
Aunado a la mencionada retrospectiva, cuya clausura se prevé para noviembre, este recinto también exhibe El gesto y la huella, propuesta pictórica de Carmina Hernández, en la que la exploración del cuerpo humano se refleja a través de xilografías, libros de artista y bordados.