Todas las vacunas contra el coronavirus autorizadas son confiables, protegen contra la infección y, sobre todo, previenen las complicaciones graves y el riesgo de muerte. No hay, por lo tanto, razón para desconfiar o descalificar la calidad de algunos biológicos, señalaron investigadores. Las personas que no han tenido la oportunidad de vacunarse y se enferman son, en su mayoría, quienes necesitaron hospitalización en la tercera ola de la pandemia de Covid-19. También son las que, en su mayoría, han fallecido, advirtieron.
A diferencia de lo ocurrido el año pasado con el virus SARS-CoV-2, en el repunte de casos que se inició a mediados de mayo en México ha prevalecido la variante delta, la cual penetra la célula con más facilidad y, por lo tanto, se transmite mejor y con más rapidez. De ahí el acelerado incremento en los contagios, que no se observó en los primeros dos crecimientos de la curva epidémica.
Los especialistas resaltaron que a pesar del tiempo transcurrido (un año ocho meses) desde que surgió el Covid-19 en China, todavía no se cuenta con la suficiente información del virus. En cambio, como es la característica de estos patógenos, es posible que sigan surgiendo variantes.
Delta es hasta ahora la que ha ocasionado los mayores perjuicios en la salud y la vida de las personas, lo que en parte se explica porque contiene una mutación genética conocida como P681R, que le facilita la entrada a la célula del organismo. Una vez dentro se replica rápidamente, explicó Gustavo Reyes Terán, titular de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales Alta Especialidad (Ccinshae).
El especialista en infectología comentó que, al parecer, a cambio de mayor transmisibilidad, el virus pierde fuerza para causar enfermedad grave, sobre todo en las personas que ya están vacunadas o tienen anticuerpos por haber contraído la infección previamente.
En cambio, como se ha visto en la tercera ola, quienes no han recibido los biológicos están expuestos a sufrir complicaciones graves. Lo mismo pasa en individuos con enfermedades crónicas prexistentes descontroladas: sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial, diabetes y otras que disminuyen el sistema de defensas del organismo. Eso sigue igual que se inició la pandemia.
Conforme aumente la cobertura de vacunación y la generación de anticuerpos así como la protección mediada por células –las que produce el sistema inmune–, es probable que en el futuro la infección por el coronavirus vuelva con la misma u otras variantes, pero las personas ya tendrán algún grado de protección.
También se anticipa que, como pasa con la influenza, que ya es un virus estacional (de invierno), se requieran dosis adicionales de las vacunas, pero no hay todavía evidencia científica sobre cuál es el mejor momento para ello en el caso del coronavirus. Los resultados de las investigaciones se conocerán pronto.
Reyes Terán explicó que hasta ahora, lo más seguro es que los primeros en recibir un refuerzo contra el virus SARS-CoV-2 sean las personas con cáncer, quienes reciben tratamientos que deprimen el sistema de defensas y los pacientes trasplantados.