Kabul. El Talibán se comprometió a permitir que ciudadanos estadunidenses –alrededor de mil 500–, de terceros países y afganos en riesgo salgan del país después del 31 de agosto, y en los últimos días se dará prioridad al retiro de las tropas y el equipo militar del Pentágono, informó ayer el secretario de Estado, Anthony Blinken, en momentos en que la desesperación aumentó entre las más de 10 mil personas congregadas en los alrededores del aeropuerto de Kabul con la intención de abandonar el país.
Estados Unidos y Reino Unido emitieron alertas por la “elevada amenaza de ataque terrorista” en las cercanías del aeropuerto, por lo que pidieron a sus ciudadanos alejarse de la zona.
Desde Washington, Blinken declaró que al menos 4 mil 500 estadunidenses, de 6 mil que querían salir de Afganistán, ya habían sido evacuados, por lo que quedarían mil 500 pendientes, de los cuales, 500 mantienen “contacto directo” con él, afirmó.
Miles de afganos se agolpan desde hace días a las puertas del aeropuerto Hamid Karzai, custodiado por más de 6 mil soldados de Estados Unidos, con la esperanza de subir a uno de los vuelos fletados por los países occidentales.
Muchos temen por su vida porque trabajaron ya sea para el gobierno derrocado, o para las fuerzas de la Organización del Atlántico Norte en las últimas dos décadas de guerra.
En otra parte de la ciudad los afganos califican de “apocalipsis” lo que ven desde la llegada del régimen extremista. Calles donde imperan el silencio y la incertidumbre, ya que los talibanes aún no forman gobierno ni introducen leyes para poderlo hacer.
Pese a esta situación, 88 mil personas ya fueron sacadas de Afganistán en aviones de Estados Unidos o de sus aliados desde el pasado día 14, la víspera de la entrada de los talibanes en Kabul, detalló la Casa Blanca.
Cerca de 19 mil personas fueron evacuadas en las últimas 24 horas, de las cuales 11 mil 200 lo hicieron ayudadas por Estados Unidos y 7 mil 800 por otros países.
Mientras, dos miembros del Congreso estadunidense, Seth Moulton y Peter Meijer, volaron sin previo aviso al aeropuerto de Kabul en medio de una evacuación caótica, lo que enfureció a la administración de Joe Biden, pues el Departamento de Estado y el ejército tuvieron que desviar recursos para proporcionarles seguridad e información. Ambos llegaron en vuelos chárter y permanecieron en el aeropuerto de Kabul durante varias horas el martes, con el fin de “supervisar al Ejecutivo”, según dijeron. Moulton es miembro del comité de Servicios Armados y Meijer del de Asuntos Exteriores, en la Cámara de Representantes.
Horas antes, Alemania acordó con el Talibán que los afganos que cuenten con documentación válida puedan salir del país, al tiempo que la canciller federal, Angela Merkel, consideró que la comunidad internacional tiene que mantener el diálogo con los talibanes para preservar los logros conseguidos en los últimos años y consideró el caos actual como un hecho “terrible y amargo”.
Polonia, Dinamarca y Turquía comenzaron su retiro de Afganistán, mientras Bélgica aseguró que Estados Unidos pidió al resto de países dar por finalizadas las evacuaciones este viernes 27. Francia determinó que no hay fecha cerrada para dar por terminado el desalojo.
Ahmad Wali Masud, hermano del fallecido comandante antitalibán Ahmed Shá Masud, aseguró que la resistencia “se extiende” en Afganistán frente a los talibanes “aislados” del resto de la población debido a su ideología conservadora y poco moderna. La semana pasada la resistencia manifestó su disposición a dialogar con el Talibán y formar un gobierno inclusivo.
Los talibanes detuvieron a un miembro afgano del personal de la Organización de Naciones Unidas cuando intentaba llegar al aeropuerto de Kabul el domingo, registraron su vehículo y pese a haber encontrado su identificación del organismo mundial, lo golpearon, informó la agencia de noticias Reuters.