Durante su reciente gira por Veracruz –estado muy golpeado por el huracán Grace– el presidente López Obrador contó un anécdota que traza de cuerpo entero el comportamiento de los grandes consorcios privados que operan en el país, los mismos que gozaron de todo tipo de prebendas durante el régimen neoliberal y creyeron que no sólo se las merecían, sino que serían eternas.
Andrés Manuel lo platicó así: “se hizo un acuerdo para comprar electrodomésticos (para los damnificados) con una empresa (Mabe, presidida por José Luis Berrondo Ávalos); nos habían ofrecido descuentos para la compra de los electrodomésticos; ya habían entregado una cantidad, y de repente informan que ya no iban a hacer descuentos, porque no les querían condonar impuestos en el Servicio de Administración Tributaria” (SAT).
Con la cara más dura que el concreto los dueños de Mabe pretendían cerrar esa suerte de permuta mafiosa. “¿Qué hicimos?”, explicó López Obrador. “No nos des descuento, no nos ayudes, pero no te vamos a condonar los impuestos. Es más, hasta nos dijeron: ‘les vamos a hacer un descuento y nuestra empresa va a aportarles una cantidad de electrodomésticos para ayudar a los damnificados’. Entonces, les dijimos: no, cómo te vamos a condonar los impuestos, entonces no estás ayudando”.
Lo anterior hace recordar otra anécdota: años atrás a cierto personaje español le diagnosticaron cáncer de garganta en etapa avanzada, por lo que de inmediato los galenos que lo atendieron ordenaron todo tipo de análisis y exámenes. Entre estos últimos le hicieron un tacto rectal, por lo que de inmediato el enfermo airadamente reclamó: “qué tiene que ver la garganta con el culo”. Lo mismo, podría añadirse, entre los descuentos en electrodomésticos con la condonación de impuestos.
El mandatario mexicano comentó que “durante el periodo neoliberal se echaron a perder también algunas empresas; no era nada más la corrupción del gobierno, bueno, nada más imaginemos que las grandes empresas, las que tenían influencias, no pagaban impuestos. Imagínense la corrupción que implica el que tenga que pagar impuesto el ciudadano, todos, hasta la gente más humilde, más pobre, porque cuando compra una mercancía ahí va incluido un impuesto, y los de arriba no pagaban, les condonaban los impuestos.Entonces, es un régimen de corrupción realmente destructivo, que produjo una decadencia y no están ajenos los particulares”.
Cierto es, porque el caso de Mabe sólo es un botón de muestra de los manejos en el régimen neoliberal, siempre favorables a los intereses del gran capital. Por ejemplo, la reciente información del SAT: “por cada peso que paga de impuestos la industria automotriz (extranjera en su mayoría) le devuelven 20 pesos; en 2020, 16 empresas del ramo pagaron ISR por 5 mil millones de pesos y se les devolvieron 100 mil millones de IVA; es decir, el fisco absorbió devoluciones por 95 mil millones para que 16 automotrices operen en México”.
Pero la familia Berrondo (fundadora de Mabe) tiene más historias. Por ejemplo, la del otrora Banco Internacional (Bital), reprivatizado por Carlos Salinas de Gortari y “rescatado” por Ernesto Zedillo, vía Fobaproa”, en la que resultó ser ganadora (con Eduardo Berrondo Ávalos como cabeza visible), junto con Juan Sánchez Navarro, Antonio del Valle Ruiz, Jorge Esteve, José Juan Chelala y Agustín Villarreal Elizondo, entre otros. El “traspaso” se concretó el 29 de junio de 1992.
Poco más de dos años después los nuevos dueños de Bital lo habían reventado, por lo que de inmediato fueron “rescatados” por Zedillo, quien permitió a sus nuevos dueño dejar en la “panza” del Fobaproa más de 3 mil 100 millones de pesos (algo así como 23 mil millones a precios actuales) en adeudos privados que fueron facturados a los mexicanos, quienes los han pagado, pagan y seguirán pagando, mientras la familia Berrondo condiciona descuentos en electrodomésticos a cambio de condonación de impuestos.
No acabó ahí: en agosto de 2002, con Fox en Los Pinos, la trasnacional financiera HSBC compró Banco Internacional (por cierto, el autodenominado jefe Diego fue asesor legal de Bital) por mil 400 millones de dólares y quienes recibieron esa carretada de dinero (entre ellos la familia Berrondo) no pagaron un centavo de impuestos (menos al Fobaproa), porque la operación se realizó en el mercado bursátil (como la de Banamex y Bancomer).
Las rebanadas del pastel
¡Y todavía exigen condonación de impuestos!