Ricardo Anaya Cortés nació en Naucalpan de Juárez, estado de México, el 25 de febrero de 1979. Es egresado de la Autónoma de Querétaro. El 18 de septiembre de 2000 se afilió al PAN. En 2011 fue designado por el presidente Felipe Calderón subsecretario de planeación turística, dependiente de la Secretaría de Turismo. En las elecciones de 2012, que llevaron a Enrique Peña Nieto a la Presidencia, el PAN lo convirtió en diputado pluninominal. Fue presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en el segundo periodo ordinario de sesiones, del primero de septiembre de 2013 al 6 de marzo de 2014, como consta en el Diario de Debates de la propia Cámara. En ese carácter, votó en favor de la reforma energética de Peña Nieto. Luego lo celebrarían juntos, como puede verse en una fotografía que aparece en esta página. Pidió licencia para separarse de sus funciones como legislador a partir del 6 de marzo, y recibió amplio reconocimiento del coordinador del grupo parlamentario del PAN, Luis Alberto Villarreal García, porque “ha permitido generar los acuerdos y consensos que dieron paso a las reformas más profundas e importantes de este país en las últimas décadas”. Tambien le expresaron su reconocimiento otros dos promotores de la reforma energética, el coordinador del grupo parlamentario del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y el coordinador del grupo parlamentario del PRD, Silvano Aureoles, quien ocupaba la presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jucopo). El premio de Aureoles, dicho sea de paso, fue la gubernatura de Michoacán.
Cobró fuerte
No fue gratuito el servicio que Anaya prestó a Peña Nieto. La Fiscalía General de la República lo acusa de que recibió sobornos por al menos 6.8 millones de pesos por conducto del entonces director general de Pemex, Emilio Lozoya. La fiscalía dio a conocer una versión resumida de la imputación que hará hoy jueves contra Anaya. Aporta datos relevantes que podrían llevarlo a la cárcel. “Emilio Lozoya, dice, en su denuncia de 2020 señaló que recibió instrucciones “superiores” para entregar 6 millones 800 mil pesos a Ricardo N (Anaya) para que votara en favor de la reforma energética, que privatizaría la producción petrolera mexicana en favor de empresas extranjeras, como Odebrecht Brasil”. Agrega la FGR. “La secuencia de todas las diligencias señaladas, que pueden aportarse en versión pública, más otras adicionales, evidencian una línea clara y consecuente de hechos delictivos que tuvieron por objeto entregar el patrimonio petrolero del país a intereses y empresas extranjeros, con todas las consecuencias económicas y sociales que México ha sufrido. Todo lo cual ya ha quedado debidamente judicializado en casos vinculados con el presente asunto, los cuales ya son del dominio público”. En la secuencia que refiere la FGR relata que ejecutivos de Odebrecht pagaron sobornos a Lozoya, a quien hicieron una primera entrega de 10 millones de dólares, “para garantizar el control sobre esa producción petrolera”. Anaya siente pasos en la azotea y ha recurrido a un método de defensa muy trillado: denunciar que lo persigue el presidente López Obrador y al mismo tiempo anunció que ha huido a Estados Unidos. Si fuera inocente, sólo hubiera atendido el citatorio de la PGR con un amparo en el bolsillo y armado su defensa.
Puertas abiertas
El gobierno mexicano abrió los brazos a un grupo de periodistas que logró escapar del caos en que se ha convertido Afganistán. Escribió en Twitter el canciller Marcelo Ebrard: “Recibí esta madrugada a 124 corresponsales, reporteros y staff que laboraban en diversos medios de comunicación en Kabul y han solicitado al gobierno de México visa humanitaria, refugio o asilo. Les di la más cordial bienvenida”. Entre ellos hay periodistas del New York Times, diario que ha sido particularmente crítico con la administración de López Obrador.
Twitterati
Lastimosamente, Querétaro se está convirtiendo en el Atlacomulco del PAN.
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