En el mundo de la música, pocos son los que logran hacerse de un lugar con más de 30 años de edad. Sin embargo, Wanda Jackson, pionera del rockabilly, llegó a uno de los periodos más ajetreados de su carrera en la sexta década de su vida. En los 90, una nueva ola de fanáticos daba aliento al género en el que ella había permanecido durante lustros.
“Tomaba mi segundo aire en esa época. Estaba ansiosa por salir”, señaló Wanda Jackson a The Independent. Tendría todavía energía para seguir haciendo giras y discos durante casi 30 años más. En 2011, a los 73, fue la primera artista en contar con un disco en el Top 200 de Billboard. Fue hasta que cumplió 81, hace un par de años, que la cantante anunció su retiro; aunque incluso después de esa declaración, y tras sufrir un infarto, le quedaba algo por hacer.
Esta semana lanzó lo que ella promete será su álbum final, Encore. Al principio fue la mánager de Jackson quien se acercó a la productora Joan Jett, hace varios años, para producir el último disco de la cantante. La proposición fue aceptada inmediatamente por la también música. “Wanda es una figura histórica. Cualquier cosa que pudiera hacer para que la gente se involucre en su historia y su talento quería realizarlo”, contó.
El disco 46 de Wanda hace eco de esos elementos que la hicieron llegar tan lejos desde finales de los años 50. Alentada por Elvis Presley, la joven cambió su base country para transformarse en la primera mujer en hacer rockabilly. “Cuando estoy interpretando una canción, lo hago de la manera que las palabras dictan. Así que puedo sonar muy dura, cuando no lo soy en realidad”, contó.
“No creo que algún hombre me haya tratado mal; eran maravillosos conmigo”, expresó. Su padre fue uno de los primeros en demostrar ser crucial en la vida de Jackson. “Fue él quien me puso una guitarra en las manos y comenzó a enseñarme acordes. Tocó el violín y cantó en una banda durante un tiempo, pero eran días de la depresión, así que nunca pudo abrir sus alas. Depositó eso en mí, viajando conmigo y convirtiéndose en mi confidente y mánager”.
“Las chicas no venden discos”
Su aparición en la radio local, cuando tenía sólo 15 años, atrajo la atención del cantante de country Hank Thompson. “Llamó después de mi presentación y me invitó a hacer una colaboración con su banda. ¡Yo casi me meo en los pantalones!”, relató. Él la llevó a su sello discográfico, Capitol, para que le ofrecieran un contrato. “Le dijeron: ‘Es bastante buena, pero las chicas no venden discos, así que no nos interesa” recordó Jackson.
Por fortuna, Decca Records sí estuvo interesada, y You Can’t Have My Love no tardó en llegar a los favoritos de música country. En 1955 conoció a un joven Elvis que ya tenía varios seguidores en algunos lugares de Estados Unidos, pero aún no gozaba de fama masiva. “Nunca había escuchado de él, pero teníamos mucho en común. Éramos dos felices con deseos de hacerla”.
Hicieron cosas juntos y salieron durante un tiempo. “Me dio un anillo. No le pregunté si tenía otras novias. Pensaba que lo que no supiera no me iba a herir”, sostuvo Wanda.
A pesar de que por esa época era cantante de country, “Elvis vio algo en mí. Me dijo: ‘Deberías probar el rocanrol. ¡Es simple!’ Mi papá y yo hablamos sobre eso y respondió: ‘Esta va a ser la próxima gran música. Son los jóvenes los que compran los discos y llaman a las estaciones de radio, y tú necesitas canciones que les gusten’. Yo podía ver cómo esos jóvenes se estaban volviendo locos por Elvis, así que hacía sentido”, narró.
Wanda Jackson empezó a lanzar discos de rock y de country, con un nuevo sonido. Desarrolló un aullido salvaje que se volvió su firma. Sin embargo, su éxito seguía siendo esporádico en Estados Unidos. A finales de los años 80, el rock volvió a ganar fuerza y, en los 90, cuando sus discos fueron redescubiertos en Europa, la gente comenzó a pedir una gira.
“Pensé que me iba a sentir tonta en mis cincuentas-sesentas cantando temas sobre una adolescente. Pero la audiencia estaba tan entusiasmada por escuchar esas canciones de la manera en que sonaban en el disco que no tuve ningún problema con eso durante mucho tiempo”, destacó Jackson.
Durante la década pasada, además del gran reconocimiento, fue incluida en el Salón de la Fama del Rocanrol como una “temprana influencia”, y lanzó tres álbumes. Para su nuevo disco, escribió más canciones que en décadas, y también puso más historia personal en ellas. Jackson le atribuye eso a “la edad y las circunstancias. Mi esposo falleció en 2017 y eso me dejó devastada. Las historias que cuento en este álbum son sobre nuestro matrimonio y lo que pasamos”.
Wanda tomó la decisión de retirarse por sus problemas de pie y rodilla que juntos le hacen muy difícil mantenerse en el camino. Por fortuna, pudo superar su infarto porque su hija la llevó pronto al hospital para que le dieran una inyección que rompió el coágulo de sangre. “Fui muy afortunada. Jerry Lee Lewis tuvo el mismo tipo de ataque grave y él no salió tan bien”, refirió la cantante.
Aunque extraña estar de gira, Jackson se siente satisfecha con su vida personal. “Me he ganado la vida y he proporcionado sustento a mucha otra gente, y he tenido lo mejor de ambos mundos. No fui tan conocida como para perder mi privacidad, pero sí lo suficiente como para llenar auditorios. Si puedes voltear hacia atrás y decir eso, yo diría que es una vida bastante buena”.