La necesidad de verificar la identidad en trámites a distancia ha acelerado la adopción de tecnología de reconocimiento facial en bancos, los cuales requieren comprobar los datos biométricos de sus usuarios por regulación, pero también en otro tipo de empresas para evitar fraudes, comentó Mauricio Torres, director de Operaciones de IQSEC, una firma que se dedica a vender este tipo de tecnología de identificación personal.
Detalló que, con la pandemia, varios servicios financieros se han postergado porque se requiere que el usuario compruebe su identidad. Esta situación ha acelerado el desarrollo de tecnología de reconocimiento facial con verificación ante el padrón del Instituto Nacional Electoral (INE), sobre todo para vender a la banca, pero también a otro tipo de financieras y empresas de comercio.
Hasta hace un año las empresas que venden reconocimiento facial aseguraban una precisión de 90 por ciento en este tipo de tecnología, ahora dicen que alcanza 98 por ciento. Mauricio Torres aseguró que, en la actualidad, incluso hay aplicaciones que identifican a una persona, aun cuando porte cubrebocas; y también puede distinguir entre gemelos o si alguien usa una máscara de látex.
Desde 2001, el INE solicita a las y los ciudadanos sus datos biométricos; es decir, las huellas dactilares y los rasgos faciales. Con esa base en ellos se compulsa la información recogida por bancos u otras dependencias cuando se pretende verificar la identidad de un usuario.
Torres agregó que el uso de las huellas dactilares como medio de identificación queda rebasado por el reconocimiento facial; primero, porque son más difíciles de replicar, pero también porque en posible que los rasgos de las yemas comiencen a desdibujarse entre las personas que realizan mucho trabajo manual.
Contrario a lo que dicen las empresas, se ha documentado que diversos equipos de teléfono y aplicaciones tenía deficiencias en reconocimiento facial y con el uso de cubrebocas aumentaron. Más allá de los aplicativos individuales, en 2019 una investigación independiente identificó que la tecnología de reconocimiento facial de la Policía Metropolitana de Londres tenía una tasa de error del 81 por ciento.