Tijuana, la ciudad más violenta del país (se cometen un promedio de ocho homicidios dolosos al día), dejará de enviar a la fosa común decenas de muertos que no son reclamados. El ayuntamiento ordenó la construcción de 3 mil nichos en el panteón municipal ubicado en la tercera etapa de Río Tijuana, donde los cuerpos esperarán el reclamo de los familiares.
La pretensión es acoger también los restos de los migrantes, de tal manera que se requerirán alrededor de 8 mil nichos en los próximos años. Un promedio anual de mil 200 cuerpos son sepultados en la fosa común de Tijuana.
En los últimos años el drama de las familias es que además de perder a un ser querido tienen que gastar alrededor de 60 mil pesos para rescatar un cuerpo de la fosa. Familias de Michoacán, Sinaloa y otras entidades del país se ven obligadas a hacer colectas para recuperar los restos.
El municipio destinará alrededor de 2.5 millones de pesos al “proyecto de módulos de michos para atención a migrantes y fosa común”. La alcaldesa, Karla Ruiz Macfarland, quien dejará el cargo el último día de septiembre, se comprometió a dejar construidos los primeros 300 nichos y listo el terreno para cuando menos 3 mil.
Las autoridades de Tijuana quieren resolver dos problemas: el hacinamiento en el Servicio Médico Forense y el de las familias de migrantes que llegan a esta frontera. Las muertes violentas son tantas que no hay dónde acumular cuerpos en espera de que alguien los identifique, y los familiares de los migrantes tardan hasta meses en juntar recursos para llegar a Tijuana.
Aunque en enero pasado el presidente Joe Biden anunció una reforma a su política de inmigración, así como la reinstauración del sistema de asilo en Estados Unidos, las expulsiones a México continúan. Entre marzo de 2020 y julio de 2021, a un año y tres meses que se instaurara el Título 42, las autoridades migratorias estadunidenses han expulsado a más de un millón de migrantes, muchos de ellos a territorio nacional.
La perspectiva de la autoridad local es que en los próximos meses Tijuana recibirá nuevas oleadas de migrantes, entre los que vienen del sur y los deportados del norte.