En México cada año mueren 230 mil personas con sufrimiento grave y otras 220 mil lo padecen como resultado de enfermedades incapacitantes o de riesgo mortal. Por ello, la garantía de acceso a los cuidados paliativos es una política de salud urgente, en la que hay avances, pero aún existen muchos pendientes, reconoce José Ignacio Santos Preciado, secretario del Consejo de Salubridad General (CSG).
Señala que el pasado 11 de agosto, durante la primera sesión ordinaria del organismo en 2021, el CSG emitió un exhorto a las dependencias y entidades que integran el Sistema Nacional de Salud a fin de que, en un plazo no mayor a 120 días, remitan información de cómo brindan atención al dolor crónico y la aplicación de los cuidados paliativos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), explica en entrevista, define los cuidados paliativos como una forma de mejorar la calidad de vida del paciente y sus familias, “encarando enfermedades que amenazan la vida a través de la prevención del sufrimiento, identificación temprana, evaluación impecable y tratamiento del dolor crónico”.
El CSG aprobó un acuerdo desde hace siete años, recuerda, en el que se establece la obligatoriedad deun esquema de manejo integralde cuidados paliativos en una guía de manejo y cuidados. Se trata de una “política de salud urgente, indispensable para mitigar el dolor y el sufrimiento, en particular de la población con mayor grado de vulnerabilidad que enfrentan enfermedades incurables, progresivas y potencialmente mortales”, insiste.
La Carta de Praga, suscrita en 2012, subraya, urge a los gobiernos a aliviar el sufrimiento de los pacientes y considerar los cuidados paliativos como un derecho humano, pues su ausencia puede ser considerada como cruel, inhumana y degradante.
Santos Preciado reconoce que en este campo “se ha avanzado, pero falta mucho por hacer, sobre todo superar el concepto tradicional de cuidados paliativos, y considerarla una disciplina que requiere de muchos profesionales”, incluidos para la edad pediátrica.
En cuanto a la muerte asistida, advierte, “hay que tener mucho cuidado, no queremos que se desvirtúe el concepto. Como país hemos madurado mucho, pero nos falta, por ahora podemos insistir en asegurar que el dolor crónico sea atendido de forma oportuna”.
Agregó que hay avances, pues en 2014 se tenían registradas 42 clínicas del dolor, actualmente suman 115 a nivel nacional. Se han impartido más de 500 cursos de cuidados paliativos y los servicios en este campo se elevaron de 57 a 233.
La constitución de comités en esta materia, reconoce, ha ido más lenta, pues únicamente 170 hospitales cuentan con este organismo, y sólo unos pocos ofrecen asesoría telefónica y visita domiciliaria.
Santos Preciado admite que “es algo en evolución, y mediante este exhorto podemos abonar a que el tema se imparta en las escuelas de medicina, de enfermería, que todos los especialistas en su evaluación tengan preguntas sobre cuidados paliativos, porque es un tema de la sociedad”.
Asimismo, advirtió que en México se busca una visión integral y personalizada de los cuidados paliativos, en la que se brinde apoyo farmacológico al paciente, pero también sicológico y emocional, “porque no queremos sólo medicalizar”.